El mundo bidimensional de flatland y el hiperespacio multidimensional son escenarios sugestivos para nuestras mentes, pero nuestros pobres cuerpos necesitan un espacio de tres dimensiones. Pero, ¿Por qué no dos, cuatro, cinco o más? Recientemente, los físicos están tratando de fusionar la teoría de la gravedad con la física cuántica, para así explicar la naturaleza del espacio y del tiempo, y han retomado esta vieja pregunta.
La teoría de las cuerdas, una ruta hacia la gravedad cuántica, nos da una respuesta vaga e insatisfactoria: el espacio puede tener entre 0 y 10 dimensiones. Lo que lleva a los teóricos a argumentos antrópicos: existen universos de todas las dimensiones posibles, pero no no los vemos porque lo seres como nosotros necesitan un universo en tres dimensiones.
En 2005, a Andreas Karch de la Universidad de Washington, Seattle, y Lisa Randall de la Universidad de Harvard se les ha ocurrido una explicación más mecanicista de este misterio. Crearon un modelo en el que flotaban muchos universos que flataban dentro de una hiperespacio en 10 dimensiones del estilo de la popular teoría de la supercuerdas. Cuando esto universos colisionaron se aniquilaron los unos a los otros. Los cálculos indican que los universos de tres y de siete dimensiones son los únicos que sobreviven a semejantes catástrofes.
Si aceptamos esta premisa, que casi responde a la pregunta, ¿Por qué vivimos en un escenario de siete dimensiones en lugar de nuestro universo de tres ?
Eso podría ser explicado al considerar el universo no en su totalidad, sino como una construcción hecha de pequeños elementos. Un equipo europeo ha hecho lo que los análogos de más de tres dimensiones del triángulo, la unidad más sencilla puede unirse de distintas formas para constituir universos curvos. La teoría cuántica dice que la "verdadera" forma del cosmos debería ser la suma de todas estas posibilidades. Al necesitar que su modelo de universo tenga que adherirse a los principios de causa y efecto, el equipo halló que el resultado tiene sólo una dimensión de tiempo y tres de espacio.
Pero aquí hay un sesgo. En las escalas más pequeñas, la estructura del universo cambia: una dimensión de las tres se funde para dejar sólo dos dimensiones. Quizá si miráramos lo suficientemente cerca, viviríamos en flatland después de todo.
Vía Odisea cósmica
1 comentarios:
estaría buenísimo ver otras dimensiones... muy bueno el artículo
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