El dibujo muestra un cuerpo celeste del tamaño de nuestra Luna que golpea a gran velocidad un cuerpo del tamaño de Mercurio. El Telescopio Espacial Spitzer encontró evidencias de que se produjo una colisión de este tipo, a alta velocidad, pocos miles de años atrás alrededor de una joven estrella llamada HD 172555, en las primeras etapas de formación planetaria. La estrella está a unos 100 años luz de la Tierra
Spitzer detectó las señales químicas de roca vaporizada y fundida, además de otros materiales, todo producido por el gigantesco impacto. Otros indicios obtenidos por el telescopio infrarrojo muestran que estos cuerpos deben de haberse encontrado viajando a una velocidad relativa uno respecto del otro de por lo menos 10 kilómetros por segundo (36.000 kilómetros por hora).
Cuando los cuerpos chocaron entre sí, se debe haber emitido un enorme flash de luz. Las superficies de las rocas se vaporizaron y fundieron, y se expulsó material caliente en todos los sentidos. Spitzer detectó la roca vaporizada en la forma de gas de monóxido de silicio, y la roca fundida como una sustancia cristalina llamada obsidiana. En la Tierra, se pueden encontrar silicatos alrededor de los volcanes en la forma de rocas negras de cristal llamas obsidianas, y alrededor de los crateres de meteoritos en rocas pequeñas llamadas tectitas.
Las ondas de choque del impacto habrían viajado por el planeta, arrojando restos de roca al espacio. Spitzer también detectó las señales de estos restos.
Al final, el planeta más grande quedó sin su epidermis, al ser despojado de sus capas exteriores. El núcleo del cuerpo más pequeño y la mayor parte del material de su superficie fueron absorbidos por el más grande. Esta fusión de cuerpos rocosos es la forma en que se cree que se forman los planetas como la Tierra.
Los astrónomos dicen que un tipo similar de evento despojó a Mercurio de su corteza desde un principio, durante la formación de nuestro Sistema Solar, lanzando el material removido lejos de Mercurio, hacia el espacio y en el Sol. Nuestra luna se formó por este tipo de impacto de alta velocidad: se cree que un cuerpo del tamaño de Marte se estrelló contra la joven Tierra alrededor de 30 a 100 millones de años después de que se formó el Sol. El sol tiene ahora 4.500 millones de años. Según esta teoría, la roca que fue fundida como resultado del impacto, el vapor y los restos destrozados, mezclados con los desechos de la Tierra, formaron un anillo alrededor de nuestro planeta. Con el tiempo, estos restos se unieron para formar la Luna.
Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti
Vía Axxón
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