Nuevas observaciones de desgastados asteroides alrededor de viejas estrellas conocidas como enanas blancas apoyan la idea de que la Tierra y otros planetas rocosos de nuestro Sistema Solar están lejos de estar solos en el universo.
Esta concepción artística ilustra una estrella muerta, o enana blanca, rodeada por los trozos de un asteroide desintegrado. La escena sugiere que la materia prima para los planetas como la Tierra es común. Crédito: NASA/JPL-Caltech
Los astrónomos usaron el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA para observar seis de tales enanas blancas y encontraron la firma de restos de asteroides orbitando las estrellas. Un análisis de la luz procedente de los sistemas muestra que los anillos están hechos de algunos de los mismos materiales que los cuerpos rocosos de nuestro Sistema Solar.
“Esto refuerza la sospecha de que los planetas similares a la Tierra son comunes”, dijo Michael Jura de UCLA el lunes en la 213 reunión de la Sociedad Astronómica Americana.
Construcción de planetas
Los asteroides y planetas se forman a partir del polvo y gas que gira en torno a las jóvenes estrellas. Cuando el polvo se une, se forman cúmulos que finalmente se convierten en planetas por derecho propio, de acuerdo con la teoría principal. Los asteroides son los “bloques básicos restantes que no se incorporaron en los planetas”, dijo Jura.
Cuando las estrellas como nuestro propio Sol llegan al final de su vida, se hinchan en una gigante roja que consume a los planetas más internos y empuja las órbitas de los planetas exteriores y asteroides. Finalmente las estrellas se despojan de sus capas externas y menguan hasta convertirse en enanas blancas.
Ocasionalmente, un asteroide perturbado pasaría demasiado cerca de la enana blanca, cuya gravedad destrozaría la roca en trozos más pequeños, formando escombros. (Esto es similar a lo que le sucedió al Cometa Shoemaker-Levy 9 cuando fue desgajado por la gravedad de Júpiter antes de impactar con el planeta en 1994.)
Spitzer había observado anteriormente trozos de asteroides resquebrajados alrededor de dos enanas blancas; las nuevas observaciones elevan la cuenta total (de enanas blancas con restos de asteroides) a ocho.
“Ahora tenemos una muestra mayor de estas enanas blancas contaminadas, por lo que sabemos que este tipo de eventos no son extremadamente raros”, dijo Jura, apuntando que aproximadamente el 1 por ciento de las enanas blancas se estima que tienen estas firmas.
Los detalles
Los ocho sistemas de enanas blancas observados mostraron la firma de mineral de vidrio de silicatos similares al olivino, el cual es común en la Tierra.
“Esta es una pista de que el material rocoso alrededor de estas estrellas ha evolucionado de manera muy similar al nuestro”, dijo Jura.
El espectro (la luz dispersada en sus componentes) de los restos de asteroides también mostraron una carencia total de carbono – lo que Jura llama un “desierto de carbono” – otra similitud entre los asteroides y los planetas rocosos como los de nuestro Sistema Solar, que tienen relativamente poco carbono.
Se piensa que sólo un único asteroide se ha roto en el último millón de años aproximadamente, en cada sistema de enana blanca. El mayor tuvo un diámetro aproximado de 200 km, un poco más grande que el Condado de Los Ángeles.
Observaciones continuadas de estos restos en las enanas blancas podrían ayudar a los astrónomos a descubrir más sobre la composición de los exoplanetas, lo cual, hasta el momento, se ha mostrado como algo difícil.
Autor: Andrea Thompson
Fecha Original: 6 de enero de 2009
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Vía Ciencia Kanija
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