El centro de la Vía Láctea presenta a los astrónomos una paradoja: contiene estrellas jóvenes, pero nadie está seguro de cómo llegaron allí. El centro galáctico está asolado con potentes mareas gravitatorias agitadas por un agujero negro con una masa de 4 millones de masa solares. Esas mareas deberían desgajar las nubes moleculares que actúan como guarderías estelares, evitando que se formen estrellas en ese lugar. Aunque la alternativa – estrellas cayendo hacia el interior tras formarse en otra parte – debería ser una extraña ocurrencia.
Usando el Conjunto Muy Grande de radiotelescopios, los astrónomos de Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica y el Instituto Max Planck de Radio Astronomía han identificado dos protoestrellas situadas apenas a unos pocos años luz del centro galáctico. Su descubrimiento demuestra que las estrellas pueden, de hecho, formarse muy cerca del agujero negro central de la Vía Láctea.
“Literalmente hemos captado a estas estrellas en el acto de su formación”, dijo la astrónomo de Smithsonian Elizabeth Humphreys. Ella presentó hoy los hallazgos en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana en Long Beach, California.
El Centro de la Vía Láctea es una misteriosa región oculta tras polvo y gas intermedio, que hace más difícil su estudio. La luz visible no sale, lo que no deja a los astrónomos más opción que usar otras longitudes de onda, tales como la infrarroja y la de radio, las cuales pueden penetrar en el polvo con mayor facilidad.
Humphreys y sus colegas buscaron másers de agua—señales de radio que sirven como señales de protoestrellas aún incrustadas en sus capullos. Encontraron dos protoestrellas situadas a 7 y 10 años luz del centro galáctico. Combinado con una protoestrella encontrada anteriormente, los tres ejemplos muestran que la formación de estrellas están teniendo lugar cerca del centro del núcleo de la Vía Láctea.
Sus hallazgos sugieren que la nube de gas moléculas en el centro de nuestra galaxia debe ser más densa de lo que se pensaba anteriormente. Una mayor densidad habría más fácil para la propia gravedad de la nube molecular, superar las mareas del agujero negro, permitiéndose no sólo mantenerse unida sino colapsar para formar nuevas estrellas.
El descubrimiento de estas protoestrellas corrobora un reciente trabajo teórico, en el cual una simulación de un supercomputador produjo formación estelar en unos pocos años luz del agujero negro central de la Vía Láctea.
“Aún no comprendemos bien el entorno en el centro galáctico”, dijo Humphreys. “Cominando estudios observacionales como el nuestro con el trabajo teórico, esperamos obtener un mejor manejo de lo que está sucediendo en el núcleo de la galaxia. Entonces, podremos extrapolar los resultados a galaxias más lejanas”.
Los coautores junto a Humphreys son Mark Reid (del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica) y Karl Menten (del Instituto Max Planck de Radio Astronomía).
Fecha Original: 5 de enero de 2009
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Vía Ciencia Kanija
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