Mediciones de alta precisión de la Vía Láctea evidencian que nuestra galaxia está rotando unas 160.000 kilómetros por hora más rápido de lo que se creía hasta ahora.
Por Nancy Atkinson
Para muchos de nosotros, mirarnos atentamente en el espejo y usar la báscula del cuarto de baño justo después de las vacaciones puede ser fuente de sorpresas considerables. Del mismo modo, los astrónomos que observan de cerca la Vía Láctea han descubierto que nuestra galaxia es más masiva de lo que se creía.
Recreación artística de nuestra galaxia, la Vía Láctea: los puntos azules y verdes indican mediciones de distancias.
© Crédito imagen: Robert Hurt, IPAC; Mark Reid, CfA, NRAO/AUI/NSF
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Mediciones de alta precisión de la Vía Láctea evidencian que nuestra galaxia está rotando unas 160.000 kilómetros por hora más rápido de lo que se creía hasta ahora. Ese aumento de la velocidad, declaró Mark Reid del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, aumenta en un 50 por ciento la masa de la Vía Láctea. La mayor masa, a su vez, significa un mayor impulso gravitacional que aumenta la probabilidad de colisiones con la galaxia Andrómeda o con galaxias vecinas menores. De modo que aunque viajamos más rápido, también pesamos más y tenemos más probabilidades de resultar aniquilados. ¡Vaya noticia!
Nuestro Sistema Solar está aproximadamente a 28.000 años luz del centro de la Vía Láctea. A tal distancia, según indican las nuevas observaciones, nos vemos a aproximadamente 960.000 kilómetros por hora en nuestra órbita galáctica, por encima de las anteriores estimaciones de 800.000 kilómetros por hora.
Los científicos utilizan el radiotelescopio VLBA (Very Long Baseline Array) de la National Science Foundation para rehacer el mapa de la Vía Láctea. Aprovechando la capacidad sin igual del VLBA para obtener imágenes extremadamente detalladas, el equipo lleva a cabo un programa a largo plazo para medir las distancias y los movimientos de nuestra galaxia. En la reunión de la American Astronomical Society celebrada en Long Beach, California, Reid dijo que utilizan paralaje trigonométrico para realizar las mediciones. "Es exactamente lo que utilizan los topógrafos en la Tierra para medir distancias", dijo. "Y ése es el patrón oro de las mediciones en astronomía".
El paralaje trigonométrico se utilizó por primera vez en 1838 para medir la primera distancia estelar. No obstante, con mejor tecnología, actualmente la precisión es casi 10.000 veces mayor.
Nuestro sistema solar está a unos 28.000 años-luz del centro de la Vía Láctea. A esa distancia, según indican las nuevas observaciones, nos movemos a unas 600.000 millas por hora en nuestra órbita galáctica, y no a las 500.000 millas por hora que se estimaba hasta ahora.
Los científicos han observado 19 zonas de prolífica formación de estrellas en toda la galaxia. En algunas áreas dentro de esas zonas, moléculas gaseosas se refuerzan naturalmente, produciendo radioemisiones de la misma manera que los lásers refuerzan los rayos de luz. Esas áreas, llamadas másers cósmicos, sirven como brillantes puntos clave para la aguda radiovisión del VLBA. Observando esas regiones repetidamente en momentos en que la Tierra está en puntos opuestos de su órbita alrededor del Sol, los astrónomos pueden medir los ligeros cambios aparentes de la posición del objeto contra el fondo de objetos más distantes.
Los astrónomos han descubierto que sus mediciones directas de distancias difieren de las anteriores mediciones indirectas, en ocasiones hasta en un factor o dos. Las zonas de formación de estrellas que cobijan los másers cósmicos "definen los brazos espirales de la galaxia", según explicó Reid. Así, medir las distancias hasta esas regiones les proporciona un criterio para hacer el mapa de la estructura espiral de la galaxia.
Las zonas de formación de estrellas aparecen en los puntos verdes y azules de la imagen que ilustra este artículo. Nuestro Sol (¡y nosotros!) está donde aparece el círculo rojo.
El VLBA puede finar posiciones en el cielo con tanta precisión que se puede detectar el movimiento de los objetos cuando orbitan el centro de la Vía Láctea. Añadiendo mediciones de movimiento a lo largo de la línea de visión, determinada por las oscilaciones en la frecuencia de las radioemisiones de los másers, los astrónomos pueden determinar los movimientos completos tridimensionales de las zonas de formación de estrellas. Utilizando esta información, Reid informó que "la mayor parte de las zonas de formación de estrellas no siguen un sendero circular mientras orbitan la galaxia, sino que encontramos que se mueven más lentamente que otras zonas y en órbitas elípticas, no circulares".
Los investigadores lo atribuyen a lo que denominan ondas de choque de densidad espiral, que pueden tomar gas en una órbita circular, comprimirlo para formar estrellas, y hacer que adopte una nueva órbita elíptica. Esto, explican, ayuda a reforzar la estructura espiral.
Reid y sus colegas también han hallado otras sorpresas. Medir las distancias hasta múltiples zonas de un único brazo espiral les ha permitido calcular el ángulo del brazo. "Estas mediciones", ha declarado Reid, "indican que nuestra galaxia tiene probablemente cuatro, y no dos, brazos espirales de gas y polvo que forman estrellas". Recientes estudios realizados por el Spitzer Space Telescope de la NASA sugieren que las estrellas más antiguas se encuentran en su mayor parte en dos brazos espirales, suscitando la pregunta de por qué no aparecen en todos los brazos las estrellas más antiguas. Responder a esa pregunta, dicen los astrónomos, requerirá más mediciones y una mayor comprensión de la forma en que funciona la galaxia.
Y ahora que sabemos que somos más masivos, ¿cómo nos comparamos con otras galaxias de nuestra vecindad? "En nuestro grupo local de galaxias, se creía que Andrómeda era la hermana mayor dominante", dijo Reid durante la conferencia, "pero somos básicamente iguales en tamaño y en masa. No somos gemelos idénticos, sino más bien gemelos fraternales. Y es probable que ambas galaxias colisiones antes de lo que pensábamos, pero depende de la medición del movimiento lateral que todavía no se ha llevado a cabo".
El VLBA es un sistema de 10 antenas de radio-telescopio desplegadas desde Hawaii hasta Nueva Inglaterra y el Caribe. Dispone de la mayor potencia de resolución de todas las herramientas astronómicas del mundo. El VLBA puede suministrar rutinariamente imágenes centenares de veces más detalladas que las que obtiene el telescopio espacial Hubble. La tremenda potencia de resolución del VLBA, equivalente a poder leer un periódico en Los Angeles desde Nueva York, es lo que permite a los astrónomos llevar a cabo mediciones precisas de distancias.
Enlace: http://www.universetoday.com/2009/01/05/triple-whammy-milky-way-more-massiv
Vía Astroseti
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