Paschos y Sotiroudis explican que la Schemata hizo su viaje a Italia, probablemente en el siglo XV. Podría haber incluido a Copérnico, que aprendió griego y estudio un derecho eclesiástico, medicina y astronomía en varias ciudades italianas.
Euclides de Alejandría fue un notable matemático griego que vivió entre el 325 a. Jc. al 265 a. Jc.
Otras evidencias sugieren que los documentos bizantinos viajaron a Europa a través de Italia. En su libro de 1998 "Wordly Goods: a New History of The Renaissance", la profesora inglesa Lisa Jardine narra que el 8 febrero de 1438, el emperador bizantino Juan VIII, el Patriarca ortodoxo José II, y un conjunto de 700 obispos, mujeres y personas letradas llegaron a Florencia, donde la corte del Papa Eugenio IV estaba situada, para una reunión. El encuentro tenía como propósito reconciliar a la Iglesia Católica romana y a las iglesias ortodoxas orientales. Los bizantinos trajeron libros y textos en griego original, incluyendo las obras de Platón, Aristóteles, Euclides, Ptolomeo. Mientras los jerarcas continuaban discutiendo sobre doctrina de la Iglesia y negociaban sin éxito la fusión de ambas iglesias, los expertos intelectuales tanto del lado bizantino como del occidental intercambiaron ideas filosóficas y matemáticas. Jardine enfatiza la importancia de este contacto:
Los libros escritos en griego eran los que más impresionaban a los eruditos en Florencia. La incapacidad de los copistas monásticos para transcribir el alfabeto griego poco familiar en el mundo occidental, o la dificultad para aprender griego clásico en cualquier parte de las tierras occidentales, por ejemplo, actuaban como barrera para que las obras de los grandes matemáticos y geométricas griegos Euclides, Apolonio, Pappus, Tolomeo se conociesen en occidente.
Jardine recalca que dichos libros, junto con las conferencias dadas por los eruditos griegos durante esta reunión, contribuyeron a crear una moda por el aprendizaje del griego en Italia, y llevó al mecenas florentino de las artes Cosimo de Medici, al fundar su academia platónica.
En torno a 1453, cuando Constantinopla cayó en manos de los turcos Otto manos, un gran número de eruditos bizantinos se mudaron a Italia, trayendo con ellos sus bibliotecas personales de raros libros griegos. Venecia acogió a muchos de estos emigrantes, de forma que llevó al erudito bizantino el cardenal Bessarion a afirmar que esta ciudad parecía la nueva Bizancio, y en 1468 donó su magnífica colección de 600 manuscritos y libros a la catedral de San Marcos. Esta colección incluía obras matemáticas de Arquímedes, Apolonio y Ptolomeo.
Publicado en Odisea cósmica
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