Los físicos solares de la Universidad de California, Berkeley, han capturado por primera vez la colisión de un cometa con el Sol. "Creemos que esta es la primera vez que se realiza el seguimiento de un cometa en el espacio en 3-D muy próximo a la corona solar", dijo Claire Raftery, que trabajó con sus colegas Juan Carlos Martínez-Oliveros, Samuel Krucker y Pascal Saint-Hilaire.
Mediante la utilización de instrumentos a bordo de las naves espaciales gemelas STEREO de la NASA, el equipo realizó un seguimiento del cometa al acercarse al Sol y estimó un tiempo aproximado y el lugar de impacto, en una zona dentro de un círculo alrededor de 1.000 kilómetros de diámetro. Los datos que tenían eran lo suficientemente buenos como para observar la aproximación del cometa al Sol durante dos días antes del impacto.
Este cometa rasante, estaba compuesto de roca, hielo y polvo, y raramente se puede realizar un seguimiento cercano al Sol, porque la luz del disco solar dificulta su observación. Este cometa al parecer sobrevivió al calor de la corona y desapareció en la cromosfera, evaporándose a 100.000 grados Kelvin.
Los físicos llegaron a la conclusión de que probablemente el cometa pertenecía a la familia Kreutz, un enjambre de cometas griegos o troyanos expulsados de su órbita en 2004 por Júpiter, siendo esta su única aproximación al Sol. Es probable que el origen de este enjambre se debiera a la fragmentación del cometa original más grande.
Los astrónomos creen que la cola de este cometa era corta, de tan sólo 3 millones de kilómetros, porque estaba compuesta de elementos más pesados que no se evaporaron fácilmente. Esto también explicaría el por qué pudo penetrar tan profundamente en la cromosfera y sobrevivir al fuerte viento solar, así como a las extremas temperaturas antes de evaporarse.
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Vía: Astrofísica y Física
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