"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

06 marzo 2010

Sistema Solar: Meteoroides

Nueva entrega de la serie, en la que hablamos de estos cuerpos del Sistema Solar, de variada composición y, muchas veces, enigmática procedencia.

Información general

Las “estrellas fugaces” o meteoroides son trozos de materia que caen atravesando la atmósfera terrestre; se calientan hasta volverse incandescentes por la fricción del aire. Los trazos brillantes que dejan tras de sí cuando caen hacia la Tierra se llaman meteoros, y los pedazos que los causan, cuando vuelan por el espacio, se llaman meteoroides. Los grandes pedazos que no se evaporan por completo y llegan a alcanzar la superficie se llaman meteoritos.

Cráter Barringer, Arizona
35°02'N, 111°01'W; diámetro: 1,186 km (0,737 millas); edad: 49.000 años

©NASA 

Los científicos han estimado que cada día caen a la Tierra de 1.000 a más de 10.000 toneladas de material meteorítico. Sin embargo, La mayor parte de este material es muy pequeño; se encuentra en forma de micrometeoroides o granos de polvo que tienen unos pocos micrómetros de diámetro. (Estas partículas son tan pequeñas que la resistencia que ofrece el aire las ralentiza tanto que no se queman, sino que caen suavemente a la Tierra.)

¿De dónde vienen? Probablemente, de nuestro propio sistema solar, más que del espacio interestelar. Su composición nos da pistas sobre sus orígenes. Algunos materiales meteoríticos son similares a los de la Tierra y la Luna, y otros son bastante diferentes. Algunas pistas indican que su origen está en los cometas.

Normalmente se pueden ver muchas “estrellas fugaces” o meteoros por hora en cualquier noche. Algunas veces, la cantidad de meteoros que se puede ver se incrementa drásticamente: se llaman lluvias de meteoros. De hecho, algunas lluvias de meteoros se dan anualmente o a otros intervalos regulares. El número es mucho mayor en otoño e invierno. Este número se incrementa después de la medianoche y es mayor justo antes del amanecer. Quizás la lluvia más famosa sean las Perseidas, cuyó máximo se da alrededor del 12 de agosto todos los años.

A las lluvias de meteoros normalmente se les da el nombre de la estrella o la constelación cercana al radiante (la zona de la que los meteoros parecen venir). Muchas de las lluvias se asocian a cometas. Las Leónidas se asocian al cometa Temple-Tuttle; las Acuáridas y las Oriónidas con el Halley; las Táuridas con el Encke.

Este meteorito es una muestra de la corteza del asteroide Vesta, el tercer objeto del Sistema Solar extraterrestre del que se tiene una muestra en el laboratorio (junto con Marte y la Luna).

©NASA

Muchos meteoritos podrían parecer rocas terrestres, o parecer quemados. Pueden ser pedazos densos de metal, o más bien rocosos. Algunos pueden tener depresiones en forma de huellas, y superficies rugosas o suaves. Varían en tamaño, desde granos micrométricos a grandes rocas solitarias. El mayor ejemplar ferroso es el meteorito Hoba, del suroeste de África, con una masa de unos 54.000 kg. Las rocas son mucho menores; la más grande es una que cayó en el condado de Norton, en Kansas, con una masa de unos 1.000 kg.

Si consideramos el enorme número de caídas de meteoritos, no podemos evitar preguntarnos si alguna vez alguien ha resultado herido o muerto a causa de un meteorito. Sólo hay unos pocos casos documentados. Una lluvia de piedras cayó sobre Nakhla, cerca de Alejandría, en Egipto, el 28 de junio de 1911, una de las cuales mató supuestamente a un perro. El 30 de noviembre de 1954, la señora Hewlett Hodges de Sylacauga, en Alabama, fue gravemente herida por un meteorito rocoso de 8 libras que atravesó su tejado. Este es el primer caso de accidente con humanos implicados.

La mayor parte de los ejemplares de meteoritos son de hierro (en realidad, de una aleación de níquel-hierro), de roca (normalmente silicatos), o de roca y hierro.

La mayoría de los meteoros se queman antes de llegar a la superficie de la Tierra, y muchos se rompen en varios pedazos en la parte superior de la atmósfera, convirtiéndose así en “meteoros esponjosos”. “Esponjoso” se refiere a que su estructura es poco compacta o hecha de agregados de cristales formados por sublimación. Esto da lugar a la teoría de que el material del que están hechos algunos meteoroides está compuesto por agregados, algunos de ellos formados por el calentamiento, la vaporización y la condensación. Esto contrasta con la idea de que los meteoroides se originaron a partir de un planeta, planetoide o asteroide que explotó.

Se han encontrado dieciséis meteoritos en la Antártida, de los cuales se cree que tienen su origen en el planeta Marte. Los gases atrapados en estos meteoritos concuerdan con la composición de la atmósfera marciana que detectó la nave Viking, que aterrizó en Marte a mediados de los años 70. Continúa habiendo controversia sobre si las estructuras que se hallaron en uno de esos meteoritos, llamado ALH 84001, podrían deberse a bacterias fosilizadas o son estructuras geológicas.

Queda mucho por conocerse acerca de los meteoritos y sus orígenes.

Con los ojos de un niño

El espacio es un lugar rocoso. Las mayores rocas espaciales son los asteroides. Mientras vagan por el espacio, estas rocas se rompen en pedazos más y más pequeños, que a veces caen a la Tierra.
La mayor parte de ellos se queman dejando estelas de luz. Algunos chocan con nuestro planeta y dan lugar a meteoritos. Cada cierto tiempo, uno verdaderamente grande forma un cráter gigante.

Los trozos pequeños de roca y hierro que viajan por el espacio se llaman meteoroides. Los meteoroides orbitan alrededor de nuestro Sol igual que los asteroides y los planetas.

Cuando una roca del espacio entra en la atmósfera terrestre, se convierte en un meteoro (o estrella fugaz). El meteoro se calienta y hace que el aire de alrededor brille. Vemos una estela de luz. La mayoría de los meteoros se queman. Los científicos creen que, cada día, caen a la Tierra 10.000 toneladas de meteoros, pero la mayoría no son más grandes que una mota de polvo.

Un meteoro que hace todo el camino hasta llegar al suelo sin quemarse completamente es un meteorito. Los meteoritos tienen un tamaño desde canicas a grandes rocas.

Algunos planetas y lunas no tienen una atmósfera suficiente que les proteja de los impactos de asteroides y meteoros. La Luna de la Tierra, Mercurio e incluso Marte están cubiertos por cráteres de impacto redondos a causa de estas colisiones.

Los meteoroides en cifras

22.000
Número aproximado de meteoritos descubiertos en la Tierra.

120.000
Peso (en libras) del mayor meteorito de hierro descubierto en la Tierra. Unos 54.000 kg.

2.200
Peso (en libras) del mayor meteorito rocoso descubierto en la Tierra. Unos 1.000 kg.

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Accede al resto de la serie aquí.

Traducido para Astroseti por Claudia Rodríguez Ruiz

Enlace: http://solarsystem.nasa.gov/planets/profile.cfm?Object=Meteors

Vía: Astroseti

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