"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

14 julio 2009

Estuvimos en la Luna

Miguel Mas-Hesse LAEX-CAB (CSIC)

Para mí todo comenzó en las Navidades de 1968. El 21 de diciembre despegó el Apollo VIII, con 3 astronautas a bordo: Borman, Lowell y Anders. Su objetivo: llegar a la Luna, dar 10 vueltas en su órbita y volver a la Tierra. Yo tenía entonces casi 8 años, y para mí supuso un tremendo impacto emocional. Curiosamente, el Apollo VIII apenas pasó a la historia, ya que "tan sólo" se trataba de un vuelo de pruebas destinado a preparar la gran aventura, el alunizaje. Pero para mí siempre será la primera vez que una nave espacial abandonó la órbita de la Tierra y viajó hasta otro cuerpo celeste. Aún recuerdo como en el carnaval siguiente mi ilusión era disfrazarme de astronauta...


La tripulación del Apollo XI: Neil A. Armstrong, Michael Collins, Edwin E. (Buzz) Aldrin Jr.

Los siguientes meses fueron frenéticos. Tras el Apollo VII se lanzarían el IX y el X. Con este último viajaba ya un módulo lunar, que llegó a separarse del módulo de mando y a descender una cierta distancia camino de la Luna, pero sin llegar a alunizar. Afortunadamente, todos los ensayos fueron exitosos, y, finalmente, el 16 de julio de 1969 se lanzó el Apollo XI desde Cabo Kennedy. Impulsado por un poderoso cohete Saturno V, el lanzador más potente y fiable jamás construido por el hombre, el Apollo XI llegó en poco tiempo a la Luna. Allí, una vez en órbita, el módulo lunar Eagle se separó del módulo de mando Columbia, y comenzó su descenso hacia la superficie de la Luna. Se comandaba con un mando muy parecido a un joystick, observando a través de un periscopio para seleccionar en tiempo real el lugar óptimo de alunizaje. Con grandes dosis de sangre fría, tuvieron que esquivar en los últimos segundos zonas llenas de piedras que habrían podido causar un accidente. Ante el estupor del control de Tierra, lograron alunizar justo cuando el depósito de combustible marcaba "0". Con gran frialdad Armstrong comunicó a través de su micrófono: "Houston, Tranquility base here. The Eagle has landed. July 20th 1969 - Houston, aquí la Base Tranquilidad. El Eagle ha alunizado." Los que vivieron aquella experiencia en el centro de control, en Houston, no la olvidarán en toda su vida.


El Saturno V que llevaría al Apollo XI a la Luna.

El resto ya es historia. Poco tiempo después, Armstrong descendió sobre la Luna y pronunció la famosa frase: "Un pequeño paso para un hombre, un salto enrome para la Humanidad". Armstrong y Aldrin permanecieron 21 horas sobre la superficie de la Luna. Aprovecharon para realizar numerosas fotografías y medidas e instalar instrumentación científica que fue usada remotamente durante años. Entre otras cosas, dejaron una pequeña placa con el siguiente mensaje: "Here Men From Planet Earth First Set Foot Upon the Moon. July 1969 A.D. We Came In Peace For All Mankind - Aquí puso su pie por primera vez un Hombre del planeta Tierra. Julio de 1969. Vinimos en son paz en nombre de toda la Humanidad".

 
Imagen a contraluz de uno de los propulsores exteriores de guiado.

El programa Apollo continuaría durante varios años más, con otras 6 misiones más. Pero, desgraciadamente, el impacto mediático se fue apagando de tal manera que las últimas misiones parecían rutinarias, a pesar de los peligros que entrañaban (como mostró el accidente del Apollo XIII, que estuvo a punto de costar la vida a sus astronautas). NASA decidió cancelar el proyecto con el vuelo del Apollo XVII en diciembre de 1972. Para entonces 12 astronautas habían alunizado y habían explorado en profundidad la superficie de la Luna, recogiendo muestras, realizando análisis geológicos en situ, instalando instrumentos. Los astronautas de las últimas misiones disfrutaron de un vehículo especial, el Lunar Roving Vehicle, con el que recorrieron un total de más de 60 km.


Aldrin descendiendo a la Luna.

Desde entonces han pasado más de 35 años. Los periódicos de aquellos años preveían que para estas fechas existirían ya bases lunares permanentes, e incluso establecimientos hoteleros en la superficie de la Luna. Pero el esfuerzo humano y económico que supuso el programa Apollo es algo que no podía mantenerse. Eran tiempos de la Guerra Fría, y la supremacía en el Espacio era un asunto de supervivencia nacional, o al menos eso se creía. Aquello justificó que se dispusiera de fondos ilimitados, unidos a un espíritu de conquista de lo que se llamó la "última frontera". Sólo así se explica que en sólo 8 años desde que el presidente Kennedy diera luz verde al programa, se pudieran poner dos astronautas en la Luna, cuando hoy, con toda nuestra tecnología, nos cuesta casi 10 años desarrollar una misión espacial mucho más modesta....


Aldrin en la Luna, delante del Eagle y de la bandera del EEUU.

Parece que ahora la Luna vuelve a estar de moda, como una etapa necesaria para llegar a un objetivo mucho más ambicioso: Marte. NASA está desarrollando una nueva generación de lanzadores Ares y cápsulas Orion que recuperan lo mejor de los cohetes Saturno y las cápsulas Apollo. Si todo va bien, en menos de 10 años podríamos volver a la Luna, y comenzar a soñar con llegar a Marte a final de los años 20. Con ello se cerraría que comenzó en aquellas lejanas Navidades de 1968.


Salida de la Tierra desde la Luna.


Aldrin cerca de una de las patas del Eagle. La superficie de la Luna, cubierta de fino polvo, fue lo suficientemente sólida como para que el Eagle no se hundiera.


El Eagle volviendo de la Luna a su llegada al Columbia.


Recogida de la cápsula del Apollo XI en el Pacífico.

Información exhaustiva sobre el programa Apollo puede encontrarse en:

Vía Cuaderno de Bitácora Estelar

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