La nave Interstellar Boundary Explorer (IBEX), es la primera sonda enviada al espacio cuya misión es determinar exactamente la frontera entre nuestro sistema solar y el espacio circundante. Fue lanzada el pasado mes de octubre mediante un cohete Pegasus-XL, la sonda ha descubierto recientemente un fenómeno muy peculiar, cercano a nuestro planeta. Ha encontrado que la Luna está emitiendo constantemente una corriente de hidrógeno, que los investigadores infieren que probablemente venga de los protones solares que golpean la superficie lunar.
La sonda de la NASA Interstellar Boundary Explorer (IBEX) ha realizado la primera detección de átomos de hidrógeno neutro procedentes de la Luna.
Los átomos de alta velocidad dan nuevas formas de analizar la superficie lunar, y podrían incluso ayudar a los astrónomos a desarrollar nuevas maneras de obtener más detalles sobre las superficies de otros planetas, lunas y asteroides, tanto cerca de la Tierra como lejos. Debido a la ausencia de un campo magnético que sirva de escudo, la Luna está expuesta al constante bombardeo de radiación, la mayor parte de la cual viene del Sol. El viento solar genera corrientes de protones que viajan a una velocidad de 1,6 millones de kilómetros/hora, y que impactan nuestro satélite. La mayoría de estos átomos permanecen atrapados en su superficie, pero otros se mantienen en movimiento.
Los astrónomos sospechan que, cuando algunos de los protones golpean la Luna, recogen electrones de su superficie, para ser rebotados de nuevo al espacio como átomos de hidrógeno. Cuando el detector de partículas de alta velocidad de IBEX fue activado el pasado diciembre, la nave acababa de pasar por la Luna. De repente, el equipo que coordina la nave, que tiene su base en el Southwest Research Institute (SwRI) en San Antonio, Texas, y dirigido por el físico espacial David McComas, advirtió que el instrumento estaba recibiendo señales correspondientes a corrientes de átomos de hidrógeno, de las que hasta entonces sólo se había teorizado.
"Todavía estamos probando el instrumento. Todavía no hemos conseguido un pleno uso científico", declaró McComas. En el último número de la revista the journal Geophysical Research Letters, el equipo sostiene que alrededor de un 10% de todos los protones que impactan contra la Luna forma de hidrógeno y regresan al espacio. Sin embargo, estos átomos no son cargados eléctricamente, por lo que no están influenciados por fuerzas magnéticas tanto del Sol como de la Tierra.
Ya que los átomos de hidrógeno neutro no pueden ser influenciados pueden viajar grandes distancias, y los astrónomos podrían buscar corrientes que se originen en lugares como Marte, Ceres, esta y otros objetos semejantes. En teoría la investigación podría aportar información sobre qué tipo de superficie refleja los protones, y podría también mostrar si el cuerpo está cubierto de polvo, rocas, o incluso hielo.
Vía Odisea Cósmica
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