¿Fueron hace mucho tiempo habitables los planetas alrededor de estrellas que están ya muertas? Un equipo de astrónomos ha encontrado pruebas de que entre un 1 y un 3 por ciento de las estrellas enanas blancas tienen planetas rocosos y asteroides orbitándolas, lo que sugiere que estos objetos albergaron en un tiempo sistemas solares similares al nuestro. Las enanas blancas son los compactos y calientes remanentes dejados cuando estrellas como el Sol alcanzan el final de sus vidas. Usando datos del Telescopio Espacial Spitzer, un equipo internacional de astrónomos ha determinado que se han encontrado asteroides en órbita alrededor de un gran número de enanas blancas, tal vez hasta 5 millones en nuestra propia Vía Láctea.
Las atmósferas de estas enanas blancas constan completamente de hidrógeno y helio pero a veces están contaminadas con elementos más pesados como calcio y magnesio. Las nuevas observaciones sugieren que estas estrellas del tamaño de la Tierra a menudo se ven contaminadas por una lluvia gradual de polvo que orbita cerca y que emite radiación infrarroja captada por Spitzer.
En la presentación de los hallazgos de su equipo en la conferencia de la Semana Europea de la Astronomía y Ciencias del Espacio en la Universidad de Hertfordshire, el Dr. Jay Farihi de la Universidad de Leicester dijo que los datos de Spitzer sugieren que al menos 1 de cada 100 estrellas enanas blancas están contaminadas de esta forma y que el polvo se origina en cuerpos rocosos como asteroides (también conocidos como planetas menores). En nuestro Sistema Solar, los planetas menores son los restos dejados por los bloques básicos de los planetas rocosos terrestres como la Tierra.
“En la búsqueda de planetas similares a la Tierra, ya hemos identificado numerosos sistemas que son excelentes candidatos para albergarlos”, dijo Farihi. “Allí donde persisten como enanas blancas, cualquier planeta terrestre probablemente no será habitable, pero puede haber lugares donde la vida se desarrolló en épocas anteriores”.
Los nuevos hallazgos indican que el polvo está completamente contenido dentro del límite de Roche de la estrella — lo bastante cerca para que cualquier objeto mayor de unos pocos kilómetros fuese destrozado por las mareas gravitatorias (el mismo fenómeno que llevó a la creación de los anillos de Saturno). Esto respalda la hipótesis del equipo sobre que los discos de polvo alrededor de las enanas blancas se producen por planetas menores perturbados por mareas. Para pasar tan cerca de la enana blanca, un asteroide debe ser perturbado fuera de su órbita normal – y esto puede ocurrir durante un encuentro cercano con planetas aún no detectados.
Debido a que las enanas blancas descienden en la secuencia principal de estrellas como el Sol, el trabajo del equipo implica que al menos entre un 1% y un 3% de las estrellas de la secuencia principal tienen planetas terrestres a su alrededor.
Tal vez el aspecto más apasionante de esta investigación es que la composición de estos asteroides despedazados puede medirse usando los elementos pesados vistos en la enana blanca.
Farihi ve esto como un paso adelante crucial. “Con observaciones ópticas y ultravioletas de alta calidad (por ejemplo con el Telescopio Espacial Hubble), deberíamos ser capaces de medir hasta dos docenas de elementos distintos en los restos contaminantes de las enanas blancas. Podemos abordar la cuestión, “¿Los planetas extrasolares rocosos que encontremos son similares a los planetas terrestres de nuestro Sistema Solar
Autor: Nancy Atkinson
Fecha Original: 19 de abril de 2009
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Vía Ciencia Kanija
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