"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

23 febrero 2009

Lo que podría significar para la Tierra encontrar vida alienígena

Imagina que mañana los científicos dicen al mundo que han encontrado pruebas de una colonia de alienígenas viviendo apenas a 60 millones de kilómetros de la Tierra.

La famosa roca de Marte que se supone que porta signo de biología marciana. Años después el debate continúa alrededor del meteorito ALH84001 y si son verdaderamente evidentes los procesos bioológicos en la roca. Crédito: NASA

¿Creen que tus vecinos perderían la compostura – abasteciéndose de pasta, y aislándose a sí mismos y a la mascota familiar en el sótano? ¿O piensas que la mayor parte de la gente simplemente murmuraría “algo”, y volvería a buscar nuevos amigos en Facebook?

La pregunta no es del todo absurda, debido a que este tipo de descubrimiento podría tener lugar pronto, gracias al esfuerzo de los astrobiólogos – investigadores que estudian el origen, naturaleza y distribución de la vida.

Aunque aún no hemos hallado ninguna actividad biológica en otra parte, es apenas concebible que antes de que tu coche necesite el próximo cambio de aceite, una nave robótica no haya descubierto una horda de microbios ocultos bajo las arenas de Marte. O tal vez en unos pocos años, algún experimento astrobiológico se topará con un estanque alienígena flotando en los lagos escarchados de Titán, o captado una señal enviada en dirección a la Tierra desde el sistema estelar Gliese 581.

El impacto de tales noticias sería significativo y, en este punto, es mayormente desconocido. Por lo que para tener una mejor comprensión de qué impacto tendrían los descubrimientos astrobiológicos, el Instituto SETI y el Instituto de Astrobiología de la NASA recientemente mantuvieron un panel de tres días para reunir a científicos, éticos, historiadores, abogados, antropólogos y los medios para considerar las consecuencias sociales de este tipo de investigación.

Es obvio que tres días de conversaciones es a todas luces poco para reunir las repercusiones sociales del amplio rango de investigación de la astrobiología. Por lo que Margaret Race, la organizadora del evento y científico en el Instituto SETI, sugirió que los cuarenta y tantos participantes desarrollasen una “guía de ruta” – un reconocimiento de los problemas, si lo prefieres. ¿Qué debería estar estudiándose en este campo? Como insistía el vendedor ambulante en The Music Man, “tienes que conocer el territorio”.

Bien, déjame decirte una cosa: el territorio es inmenso, y abarca unos temas tan dramáticos y controvertidos como protegernos de asteroides errantes (¿está bien desviar una roca que se aproxima lo suficiente para evitar que pulverice nuestro propio país pero dejar que impacte, digamos, en China?) y tratar con la posibilidad de vida sintética, creada en el laboratorio (¿debería haber controles en tal investigación?)

Ni siquiera voy a tratar de estudiar el campo. Pero ofreceré un ejemplo que mantendrá activo tu cerebro si lo piensas durante tu camino hacia el trabajo. Es el escenario en el que se inicia este pequeño ensayo, y el mismo te dará una idea del tipo de problemas previstos por los participantes en el taller.

Sería algo como esto. Como saben los celosos seguidores de la investigación espacial, ahora hay pruebas sólidas de metano flotando sobre el paisaje marciano en varias regiones del planeta. Por el momento sólo hay dos explicaciones claras para el gas: (1) el metano es una consecuencia de la actividad geológica, tal como el vulcanismo, o (2) está producida por microbios bacterianos bajo la superficie. Supón que descubrimos que es la biología, y no la geología, lo que está generando el metano. Esto serían grandes noticias, dado que después de siglos de imaginación especulativa, habríamos encontrado marcianos reales.

Ahora considera los problemas a largo plazo que esto supondría. Marte, en lugar de su una reserva natural para que los humanos lo exploremos y explotemos, tomaría un semblante totalmente distinto. De pronto sabemos que tiene nativos.

Entonces ¿qué podemos hacer con esto? Algunos dirían, “Hey, esos marcianos no tienen mente y son minúsculos. No nos preocupamos por los gusanos cuando construimos un edificio. No nos preocupemos por esos tipos”. Por supuesto, Por supuesto, muestras de esta vida se pondrían a disposición de la comunidad científica para su escrutinio, pero eso es un tema diferente, y a corto plazo. Una vez que los habitantes hayan sido catalogados y embalados, Marte estaría abierto para el negocio. Después de todo, ¿ no es el destino de la humanidad el expandirse? Seguramente no dejaremos que una sucia masa de microbios interfiera en nuestro esfuerzo de colonizar el Planeta Rojo.

¿O lo haríamos? Otros dirían, “Mira, el planeta tiene su propio ecosistema. Dejémoslo en paz. Convirtamos Marte en una reserva natural”. Si, como Chris McKay de la NASA, crees que la vida es especial y que debería ser preservada, desearías intervenir para echar una mano a la vida indígena de Marte; dejarla que florezca en una forma que está claramente más allá de cómo lo está haciendo ahora. En otras palabras, no solamente conservar el hábitat marciano, sino mejorarlo.

Aquellos que se unen a la tercera vía podrían considerar un vallado del estado real habitado de Marte (suponiendo que no abarque todo el planeta), y limitar la intrusión humana. No está claro, por supuesto, cómo de bien funcionaría esto, y en cualquier caso, si algún proyecto a largo plazo de terraformación del planeta cambiaría el clima en los “territorios marcianos” así como en el resto del mundo.

Entonces, ¿qué harías? ¿Qué debería hacer la humanidad, y cómo decidirlo? E incluso su hubiese algún tipo de acuerdo internacional, ¿quién llevaría a cabo la tarea de reforzarlo?

No hay respuestas fáciles a estas preguntas, y los organizadores del taller pensaron que valía la pena adelantarse a la llegada de los titulares. Considera la reticencia de Nicolás Copérnico a publicar su trabajo hace medio milenio. Temeroso de la reacción de los zelotes religiosos, inicialmente sólo hizo circular un pequeño libro, sin su nombre en él, esbozando sus ideas. Su obra magna, De Revolutionibus Orbeum Coelestium, llegó a las estanterías (y de acuerdo con la leyenda popular, su lecho de muerte) mucho después. De forma similar, Charles Darwin retrasó la publicación de sus teorías evolutivas, preocupado por la disconformidad de sus lectores debido a que la humanidad dejaría de ser excepcional. La reacción social importa.

El hecho es que mucho de que hacen los científicos no cambiará tu vida. Gran parte de esto es como la numismática o el envasado de fruta: actividades especializadas con sólo un modesto impacto cultural. Pero si encontramos vida de algún tipo más allá de la Tierra, todo el mundo se enterará, y nuestro descendientes se verán profundamente afectados de muchas formas. Exactamente cómo se verán afectados merece nuestra consideración ahora.


Autor: Seth Shostak
Fecha Original: 19 de febrero de 2009
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Vía Ciencia Kanija

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