Tras años de disputa, el último planeta enano sin nombre en el Sistema Solar finalmente ha sido bautizado. Se llamará Haumea, por la diosa del nacimiento y la fertilidad en la mitología Hawaiana.
La Unión Astronómica Internacional, la cual anunció el nuevo nombre el miércoles, ha tenido problemas con el nombre del objeto, debido a que dos equipos había reclamado su descubrimiento.
Dos equipos reclamaron el descubrimiento de 2003 EL61, uno de los cuatro objetos más allá de Neptuno que está clasificado como planeta enano. Ahora será conocido como Haumea (Ilustración: Ann Feild/STScI/ESA/NASA)
Un equipo liderado por José Luis Ortiz del Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España, realizó la reclamación original del descubrimiento en 2005. Pero algunos ha discutido la afirmación, diciendo que el grupo de Ortiz encontró el objeto examinando las bitácoras de observación de un grupo liderado por Mike Brown de Caltech.
En deferencia a la disputa, el nombre del descubridor ha quedado en blanco en el listado de la IAU.
La localización del descubrimiento permanecerá en el Observatorio de Sierra Nevada en España, donde el equipo Ortiz llevó a cabo las observaciones. Pero el objeto, anteriormente conocido como 2003 EL61, llevará el nombre sugerido por el equipo de Brown.
“Es deliberadamente vago sobre el descubridor del objeto”, dice Brian Marsden, secretario del Comité de la IAU sobre Nomenclatura de Pequeños Cuerpos, uno de los dos comités de la IAU que son responsables del nombrado de planetas enanos.
Registros del servidor
“No queremos causar un incidente internacional”, dijo Marsden a New Scientist. Pero añadió que la IAU había investigado las reclamaciones de ambos equipos y encontró que las razones de Brown eran más sólidas. “Antes o después, la posteridad dará cuenta de lo que sucedió, y Mike Brown obtendrá todo el crédito”, dice Marsden.
Dice que la controversia sobre este descubrimiento es la peor desde la disputa de inicios del siglo XVII sobre quién encontró uno de los cuatro mayores satélites de Júpiter. La disputa fue entre Galileo y un astrónomo llamado Simon Marius – finalmente Galileo ganó.
Ortiz anunció el descubrimiento el 28 de julio de 2005, pero los registros del servidor demostró que alguien de su institución había accedido las bitácoras de observación on-line del objeto dos días antes.
Ortiz ha dicho que encontró las bitácoras días después de que el estudiante graduado le mostrase las imágenes archivadas del objeto tomadas en marzo de 2003. Dijo que había notado un objeto similar descrito por el equipo de Brown en el resumen de una conferencia publicado on-line pocos días antes y que había buscado en la red más información.
Dioses del inframundo
Pero Brown, que envió una queja a la IAU en agosto de 2005, cuestionó que el equipo español hubiese identificado en realidad 2003 EL61 antes de ver el resumen y las bitácoras del telescopio.
Ortiz no estaba disponible para hacer comentarios cuando New Scientist intentó contactar con él el jueves.
Su equipo había sugerido el nombre de Ataecina, una diosa adorada en la antigua Península Ibérica que estaba asociada con al diosa griega del inframundo, Perséfone. Pero la IAU reserva los nombres de dioses del inframundo para objetos como Plutón, cuyas órbitas están vinculadas gravitatoriamente con Neptuno.
Brown dice que está conforme con el resultado, pero apunta que es inusual que se le permitiera a su equipo ponerle nombre al objeto sin tener el reconocimiento como descubridor oficial. “Creo que la que hemos obtenido es una buena resolución”, dijo a New Scientist.
Lunas diminutas
Haumea se une a Plutón, Eris y Makemake como los únicos “plutoides” conocidos, un término ideado por la IAU para describir los objetos similares a Plutón más allá de Neptuno.
Haumea, en forma de cigarro, tiene caso el mismo tamaño de Plutón en su eje largo. El giro de Haumea de un eje a otro se realiza cada cuatro horas aproximadamente, haciéndolo uno de los objetos de giro más rápido en el Sistema Solar.
Este giro procede de un drástico impacto hace miles de millones de años contra otro objeto en el lejano Cinturón de Kuiper, un anillo de a cuerpos helados más allá de Neptuno. Tal colisión parece haber creado las dos lunas de Haumea, y al menos otros 7 cuerpos helados descendientes con la misma órbita alrededor del Sol, dice Brown.
La IAU ha acreditado al equipo de Brown el descubrimiento de las lunas de Haumea. Éstas han sido llamadas Hi’iaka y Namaka por los dos hijos de Haumea, los cuales se dice que había formado parte de su cuerpo.
Autor: Rachel Courtland
Fecha Original: 18 de septiembre de 2008
Enlace OriginalVía: Ciencia Kanija
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