Pida un deseo pero no cierre los ojos, ábralos bien y disfrute de la lluvia de estrellas que desde finales de julio y hasta el próximo 17 de este mes iluminan el cielo, y que en la noche del lunes al martes cobrará mayor intensidad.
Numerosas estrellas fugaces invaden el cielo durante el verano. Son las Perseidas o "Lágrimas de San Lorenzo", una lluvia de meteoros de actividad alta, cuya máxima intensidad se produce el 12 de agosto.
En la Edad Medieval y el Renacimiento, las Perseidas tenían lugar la noche en la que se recordaba a San Lorenzo (el día 10) y se asociaban con las lágrimas que vertió el santo al ser quemado en la hoguera, de ahí el nombre del fenómeno.
Se trata de un episodio anual que se produce porque la Tierra pasa por una zona de su órbita en la que hay restos del cometa Swift-Tuttle, que tiene su ciclo y que ahora se encuentra más allá de Urano.
"Nos llevamos por delante partículas que éste (el cometa) ha ido dejando a lo largo de sus órbitas alrededor del sol. Parte de ese material cae sobre la atmósfera quemándose a una altura de unos cien kilómetros y se produce una terraza luminosa llamada estrella fugaz", según explica el fenómeno de un modo sencillo Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.
"Sucede anualmente porque la órbita de la Tierra va pasando por esta zona todos los años y es una de las lluvias de meteoros más prolíficas e intensas", añade, y anima a que todos "disfruten" y dediquen unos minutos a la observación del cielo.
Este año la luna es más creciente que en años anteriores y por tanto las condiciones de observación no son tan buenas, y además hay algunas estrellas no muy luminosas.
Por ello es recomendable que el cielo esté oscuro, para ver las más débiles, aunque para Armentia, "las condiciones para verlas son muy sencillas de decir y difíciles de cumplir debido a la contaminación lumínica de las ciudades y que impide ver el cielo".
Alejarse de los centros urbanos y buscar lugares oscuros son las claves para disfrutar de una buena observación, aunque las estrellas pueden verse desde cualquier lugar, preferiblemente a partir de las doce, y hay oportunidad de verlas a lo largo de toda la noche.
Una buena tumbona o esterilla (tumbado mejor que de pie), una chaqueta (para hacer frente al fresco de la noche) y dirigir la vista hacia la zona noreste (lugar en el se encuentra la constelación de Perseo) son otras de las recomendaciones para poder disfrutar de una buena observación.
El director del Planetario pamplonés también recomienda aprovechar que se mira al cielo para fijarse en más cosas, como en Júpiter, por ejemplo, "que está ahí brillando todas las noches y que con unos simples prismáticos puede observarse".
Las Perseidas son las más conocidas debido a la época del año en la que se producen, aunque a lo largo de todo el año hay más de cuarenta lluvias periódicas de diferente intensidad, como las Gemínidas que tienen lugar en diciembre y son bastante llamativas, o las Leónidas que se dan a mediados de noviembre.
Cada año cambia la posición relativa de la luna, que lleva su propio ciclo y, aunque pocas novedades rodean el fenómeno de las Perseidas, sí que cambian las condiciones de observación.
"Los expertos en corrientes de meteoros cada año hacen predicciones más precisas, gracias a que están observando durante todo el año meteoros, y al uso de cámaras que están fotografiando el cielo y permiten saber cuándo se van a ver mejor las estrellas fugaces", asegura Armentia.
Este año desde el Planetario de Pamplona no se ha organizado ninguna actividad relacionada con las Perseidas, aunque el Consistorio pamplonés sí que preparó el pasado viernes una salida guiada por expertos en astronomía.
Vía: suito.es
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