Las imágenes y los datos proporcionados por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) han puesto de manifiesto estratos rocosos ricos en arcilla que sugieren que alguna vez hubo agua abundante en Marte.
Los científicos del Instituto SETI y del Jet Propulsión Laboratory junto con varias universidades, han estado centrados en el estudio de los datos de Vallis Mawrth en el altiplano septentrional. Esta es una antigua región densamente poblada de cráteres del planeta rojo cuya geología de superficie se asemeja al valle de un río seco a través del cual pudo haber fluido agua. Mientras estos hallazgos no proporcionen evidencia de vida, sugieren que en el pasado de Marte, el agua líquida estaba ampliamente distribuida.
Los investigadores utilizaron el Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars (CRISM) a bordo del MRO, para analizar la luz infrarroja reflejada por las arcillas situadas en el ancho canal Mawrth Vallis de muchos kilómetros de longitud.
El espectro infrarrojo del CRISM muestra una amplia franja de material relacionado con filosilicatos. Estos son un tipo de arcillas ricas en hierro y magnesio que se forman en el agua líquida y que aquí en la Tierra se pueden encontrar en los lechos de ríos y océanos. Les son familiares a quienes se le ha roto la pala tratando de plantar un árbol. En el espectro también hay evidencias de la presencia de sílice hidratada que en estado puro y limpio se conoce como ópalo.
Los investigadores combinaron los datos de la composición química del suelo en ésta región con la información topográfica obtenida por el MOLA (Mars Orbiter Laser Altimeter) a bordo de la nave Mars Global Surveyor, y encontraron estratos de arcillas aluminosas situadas en la parte superior de las de sílice hidratada y las de hierro-magnesio. Estas arcillas probablemente se formaron cuando el agua entró en contacto con el basalto, el cual es el componente principal de las altiplanicies marcianas que quizás se formaron a partir de las cenizas volcánicas que cubrieron una vez el planeta.
La imagen del CRSIM superpuesta con la información del MOLA de Mawrth Vallis, cubre una región de unos 10 km de ancho. Los filosilicatos de hierro /magnesio se muestran en rojo, los aluminio en azul y la sílice hidratada y el estrato de Fe2+ en amarillo/verde..
Credit: NASA/JPL/JHUAPL/MSSS/SETI Institute
Janice Bishop del Instituto SETI ha manifestado que “nos sorprendió la variedad de minerales arcillosos en esta región, pero lo verdaderamente interesante es que nos topamos con el mismo tipo de arcilla en todos los lugares del Mawrth Vallis. Es como una tarta de arcilla, una encima de la otra. Todas estas capas están cubiertas con una de lava y polvo. Podemos observar las capas de arcilla donde un cráter de impacto ha realizado un agujero a través de la superficie o donde la erosión los ha expuesto”.
Dado que los filosilicatos se han encontrado, según las imágenes del CRISM en una serie de afloramientos de Marte, estos nuevos datos sugieren que cualquiera que sea el mecanismo que las formó en el Mawrth Vallis, también han operado en áreas mucho mayores del planeta rojo. Las alteraciones producidas por el agua líquida podrían haber actuado en amplias regiones del Marte primigenio.
Hay que tener presente que, este trabajo forma parte del esfuerzo a largo plazo para establecer como pudo haber existido en Marte agua líquida de forma generalizada y durante un largo periodo de tiempo, “Esto no evidencia la presencia de vida, pero sugiere que existió agua líquida durante largo tiempo y actividad química en el planeta rojo en un pasado lejano”.
Fuente: SETI Institute y Universetoday
Vía: LatinQuasar
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