¿Fue un calentamiento inesperado? ¿O la gravedad se desvía de lo que esperábamos?
Hace diez años, investigadores de la NASA descubrieron que las naves Pioneer 10 y 11 se habían salido ligeramente de su curso durante su viaje de 35 años a los límites exteriores del Sistema Solar. En lo que se ha venido llamando la anomalía Pioneer, la cual fue el tema de una de las charlas de esta fin de semana de la Sociedad Física Americana en St. Louis, nadie sabe con seguridad por qué tiene lugar. Probablemente surgió de una filtración de gas o calor.
La nave Pioneer 10 mostrada en las etapas finales de fabricación. Crédito: NASA
Pero también existe la posibilidad, sin embargo, de que la gravedad no se comporte como esperábamos. Hasta hace poco, los investigadores no tenían datos para distinguir entre las distintas posibilidades. Eso cambió en 2006, cuando el físico de la NASA Slava Turyshev, co-descubridor de la anomalía, fue visitado por un colega en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Iowa. El centro estaba a punto de tirar cientos de discos magnéticos que contenían datos de telemetría de las Pioneer – lecturas de temperatura y energía que las naves habían enviado a la NASA una vez cada pocos minutos hasta que viajaron fuera del alcance. (NASA perdió finalmente el contacto con la Pioneer 10 en 2003, tras 31 años).
La Sociedad Planetaria, sociedad sin ánimo de lucro, recabó los fondos para salvar los datos, y los colegas de Turyshev en Ames reclutaron un programador de software profesional, Viktor Toth de Ottawa en Ontario, para escribir código nuevo que extrajera las lecturas de telemetría de los unos y ceros codificados en los discos magnéticos.
Un grupo de unos 50 investigadores, incluyendo a Turyshev, está intentado ahora encajar los datos en un modelo detallado por ordenador del funcionamiento interno de la nave. El modelo está diseñado para imitar el flujo de calor y electricidad producido por los generadores de la nave, los cuales aprovecharon el calor del plutonio radiactivo y volvió una fracción del mismo en electricidad para alimentar a la nave. El calor restante, equivalente a una bombilla de 160 vatios, se perdió en el espacio o se dispersó a otras partes de la nave tales como la antena, lo cual influyó en el momento global de la nave.
Hasta ahora el modelo tiene en cuenta aproximadamente el 30 por ciento de la anomalía observada por la Pioneer 10 hasta una distancia de 10 unidades astronómicas (aproximadamente 1500 millones de kilómetros) desde el Sol, informó Turyshev. El grupo aún tiene que extender el modelo a otras distancias y a la Pioneer 11. El veredicto final puede no estar listo hasta dentro de algún tiempo. “Estoy intentando asegurarme de que aplicamos todas las piezas relevantes de información”, dice Turyshev. “Es probable que la explicación termal explique parte de la anomalía”, dice, pero exactamente cuánto no se sabe.
Apunta que el equipo también está expandiendo el análisis original que identificó la anomalía a partir de los 11 años de transmisiones de la Pioneer 10 y de cuatro años de la Pioneer 11. Turyshev dice que el grupo ahora tiene acceso a 30 y 20 años de datos, respectivamente, y comenzará a examinarlos en las próximas semanas.
Si la anomalía resulta tener una explicación sencilla, los investigadores podrían usarlo para mejorar la navegación para experimentos espaciales sensibles, apunta Toth, el programador. ¿Y si no es así? “Sería realmente fenomenal, si realmente tuviésemos un medio en el Sistema Solar para medir desviaciones de la gravedad de Einstein”, dice.
Autor: By JR Minkel
Fecha Original: 15 de abril de 2008
Enlace OriginalFuente: Ciencia Kanija
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