Se mantuvo activo hasta un par de semanas antes de su muerte.
Edward Lorenz, meteorólogo del MIT que intentó explicar por qué es tan difícil hacer buenas predicciones del clima y que concluyó desencadenando una revolución científica conocida como Teoría del Caos, murió el 16 de abril de cáncer en su casa en Cambridge a los 90 años.
Profesor en el MIT, Lorenz fue el primero en darse cuenta de lo que ahora conocemos como comportamiento caótico en el modelado matemático de sistemas climáticos. A principios de los 60, Lorenz observó que pequeñas diferencias en un sistema dinámico como es la atmósfera – o un modelo de la atmósfera – podría disparar unos vastos y a menudo insospechados resultados.
Edward Lorenz
Estas observaciones finalmente le llevaron a lo que llegó a convertirse en el efecto mariposa — un término que surgió de un artículo científico que presentó en 1972 titulado: “Predictability: Does the Flap of a Butterfly’s Wings in Brazil Set Off a Tornado in Texas? (Predictibilidad: ¿El aleteo de una mariposa en Brasil genera un tornado en Texas?”
Las primeras visiones de Lorenz marcaron el inicio de un nuevo campo que impactó no sólo en las matemáticas sino virtualmente en cada rama de la ciencia – biológica, física y social. En la meteorología, llevó a la conclusión de que puede ser básicamente imposible predecir el clima más allá de dos o tres semanas con un grado razonable de precisión.Algunos científicos desde entonces han afirmado que el siglo XX será recordado por tres revoluciones científicas – la relatividad, la mecánica cuántica y el caos.
“Demostrado que ciertos sistemas deterministas tenían límites formales de predictibilidad, Ed puso el último clavo en el ataúd del universo cartesiano y fomentó lo que se ha dado en conocer como la tercera revolución científica del siglo XX, siguiendo los pasos de la relatividad de la física cuántica”, dijo Kerry Emanuel profesor de ciencias atmosféricas en el MIT. “También era un perfecto caballero, y a través de su inteligencia, integridad y humildad puso unos altos estándares para su generación y las próximas”.
Nacido en 1917 en West Hartford, Connecticut, Lorenz recibió un su título de matemáticas en el Dartmouth College en 1938, el máster en matemáticas de la Universidad de Harvard en 1940, y el doctorado en meteorología por el MIT en 1943. Mientras servía como meteorólogo en los Cuerpos del Ejército del Aire de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial decidió hacer un trabajo de graduado en meteorología para el MIT.
“Desde niño siempre estuve interesado en hacer cosas con los números, y también estaba fascinado por los cambios en el tiempo”, escribió Lorenz en una autobiografía.
Lorenz fue miembro de la plantilla de lo que entonces era el Departamento de Meteorología del MIT desde 1948 a 1955, cuando fue designado en la facultad como profesor asistente. Fue promocionado a profesor en 1962 y fue jefe del departamento desde 1977 a 1981. Se convirtió en profesor emérito en 1987.
Lorenz, que fue elegido para la Academia Nacional de Ciencias en 1975, ganó numerosos premios, distinciones y grados honorarios. En 1983, él y el antiguo Profesor del MIT Henry M. Stommel fueron galardonados conjuntamente con el Premio Crafoord de 50 000 dólares por la Academia Real Sueca de las Ciencias, un premio establecido para reconocer a los campos no elegibles para los Premios Nobel.
En 1991, fue galardonado con el Premio Kyoto para ciencias básicas en el campo de ciencias planetarias y de la Tierra. Lorenz fue citado por el comité del Premio Kyoto por establecer “la base teórica del clima y la predictibilidad del tiempo, así como la base para la física atmosférica y meteorología asistida por ordenador”. El comité añadió que Lorenz “hizo si logro científico más notable al descubrir el “caso determinista”, un principio que ha influido profundamente en un amplio rango de ciencias básicas y trajo uno de los cambios más drásticos en la visión humana de la naturaleza desde Sir Isaac Newton”.
Durante su ausencia del MIT, ostentó posiciones de investigación o docencia en el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona; el Departamento de Meteorología de la Universidad de California en Los Ángeles; el Instituto Meteorológico Det Norske en Oslo, Noruega; y el Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado.
Ávido excursionista y esquiador por todo el país, Lorenz se mantuvo activo hasta un par de semanas antes de su muerte, según dijo su familia.
Lorenz deja a tres hijos, Nancy, Edward y Cheryl, y cuatro nietos.
Fecha Original: 16 de abril de 2008
Enlace OriginalFuente: Ciencia Kanija
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