La formación de extrañas lunas con forma de platillos volantes incrustadas en los anillos de Saturno ha desconcertado a los científicos. Nuevos hallazgos sugieren que nacen en su mayoría a partir de cúmulos de partículas de hielo de los mismos anillos, una pista que podría arrojar luz sobre cómo la Tierra y otros planetas se unieron a partir del disco de materia que una vez rodeó al Sol.
Imagen generada por ordenador de la luna de Saturno, Atlas. Los científicos creen que la forma de platillo volante proviene de partículas enganchadas de los anillos del planeta. Crédito: CEA/ANIMEA
Los anillos de Saturno orbitan el planeta en un disco plano que corresponde al ecuador del planeta. De la misma forma, la Tierra y otros planetas orbitan al Sol en un plano relativamente liso que se relacionado con el ecuador solar. Los planetas, al menos los rocosos, se piensa que se formaron cuando trozos de material que orbitaban al recién nacido Sol se unieron, formando objetos cada vez más grandes que colisionaban y se fusionaban.
Las observaciones de la nave Cassini de la NASA revelaron que las lunas saturnianas Atlas y Pan, cada una de aproximadamente 20 kilómetros de polo a polo, tienen grandes crestas que surgen de su ecuador de aproximadamente entre 6 y 10 kilómetros de altura, dándoles la apariencia de platillos volantes.
En principio, los rápidos ratios de giro podrían haber alargado Atlas y Pan en formas inusuales, de la misma forma que se aplana el disco de una pizza. Pero ninguna de las lunas gira rápidamente, llevándoles 14 horas realizar una rotación completa. La Tierra, mucho mayor, rota en 24 horas, por supuesto.
Carolyn Porco, científico planetario en el Instituto de Ciencia Espacial en Boulder, Colorado, y sus colegas sospechaba que estas peculiares lunas podrían haberse formado mayormente a partir de los anillos de Saturno, en lugar de ser producto de colisiones de lunas mayores, como se había sugerido. La localización de los riscos está alineada con precisión con los anillos de partículas de hielo en las que están incrustados, hallazgo que se detalló en el ejemplar del 6 de diciembre de la revista Science.
Tras analizar las formas y densidades de las lunas a partir de los datos captados por Cassini, el equipo de Porco ha encontrado que Pan y Atlas parecen ser en mayor parte cuerpos helados porosos, igual que las partículas que forman los anillos. Simulaciones por ordenador sugieren que entre la mitad y dos tercios de estas extrañas lunas están hechas de material de anillo, apilado en fragmentos masivos y densos de lunas mayores que se desintegraron hace miles de millones de años tras las catastróficas colisiones de unas con otras.
Estos hallazgos podrían arrojar luz sobre el comportamiento de los “discos de acreción” – discos que se conforman cuando la materia cae hacia un tirón gravitatorio.
“Los discos de acerción se encuentran por todas partes en el universo — alrededor de agujeros negros, de estrellas e incluso de Júpiter”, dijo el astrofísico Sebastien Charnoz de la Universidad de Paris Diderot en Francia. Es el autor principal de un nuevo estudio relacionado, también descrito en el ejemplar del 6 de diciembre de Science — que muestra cómo las lunas saturnianas se alargaron y abultaron en las formas de platillos volantes.
Comprender cómo las partículas de hielo se amontonaron para crear estas formas podría arrojar luz sobre cómo la materia del disco protoplanetario que se reunió alrededor de nuestro recién nacido Sol pudo haberse unido para formar planetas, añadió, Charnoz.
Fuente: Ciencia Kanija
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