El hombre que demostró el heliocentrismo nunca pensó que sus ideas serían tan importantes.
Nicolás Copérnico fue el pionero del concepto de un Sistema Solar heliocéntrico, ¿es correcto? No. Muchos otros astrónomos — desde la época de Aristóteles — habían propuesta esta teoría. Pero Copérnico fue el primero en darle soporte matemáticamente, de acuerdo con Jack Repcheck en Copernicus’ Secret: How the Scientific Revolution Began (El secreto de Copérnico: Cómo se inició la revolución científica).
En su libro de lectura fácil, enfocado hacia los lectores comunes que no tienen grandes conocimientos sobre la historia de la astronomía, Repcheck dibuja un retrato de una inusual estrella de la revolución científica. Copérnico no era un estudiante muy brillante: Accedió a la universidad cuatro años más tarde que la media de estudiantes y necesitó nueve años para graduarse. Procedía de una familia rica y no tuvo necesidad de hacerse un nombre por sí mismo. “Copérnico no debería haber tenido tan siquiera una posibilidad de hacer una pequeña contribución a la astronomía”, escribe Repcheck.
Aunque Copérnico estudió astronomía en la Universidad de Cracovia en Polonia y en la Universidad de Bolonia en Italia, no lo veía como un medio de ganarse la vida. En lugar de esto trabajó como recaudador de impuestos para la Iglesia Católica y como médico rural.
Parecía tener pocos deseos de publicar su trabajo. Tras presentar su hipótesis heliocéntrica en una carta en 1514 a sus colegas intelectuales, se resistió a publicar el manuscrito de “Sobre las revoluciones de las Esferas Celestes” durante décadas, temiendo que si trabajo le llevase a un ridículo profesional y a una “controversia” entre las masas. Quiso hacer el libro tan resumido que sólo los maestros en matemáticas pudieron deducir sus conclusiones. Incluso cuando los funcionarios de la iglesia – que contrariamente a la leyenda, aprobaron las conclusiones de Copérnico — le propusieron, de acuerdo con Repcheck, “con la mayor seriedad” publicar su libro y le ofrecieron pagar los gastos, Copérnico rehusó.
A pesar de la ausencia del libro, los rumores sobre las ideas de Copérnico se dispersaron por toda Europa. Declinó comentar públicamente o distribuir sus pruebas hasta 1543, después de que un joven matemático admirador suyo le persuadiera de que lo publicase. De acuerdo con un testigo en la muerte de Copérnico, tomó su último aliento tras ver una copia publicada de Sobre las revoluciones por primera vez. “Se desearía”, escribe Repcheck, “que tuviese al menos un rayo del impacto final de sus logros cuando yacía en su cama tras su apoplejía en el invierno de 1543, esperando reunirse con Dios, cuya hermosa creación él había visto más claramente que ningún humano antes que él”.
El secreto de Copérnico es una lúcida biografía de un hombre complejo que pavimentó el camino para la revolución científica contra las probabilidades — y en parte contra su voluntad.
Autor: Marty Beckerman
Fecha Original: 11 de diciembre de 2007
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Fuente: Ciencia Kanija
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