"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

25 abril 2010

La astronomía en la Edad Media (1)

Alejandría, Egipto, siglo II después de Cristo. Una comunidad sin precedentes de científicos, filósofos, poetas y otros eruditos había contribuido a una de las más grandes bibliotecas compiladas por la humanidad. En medio de la efervescencia intelectual, la astronomía clásica había alcanzado el zenit con los escritos del astrónomo helenista, matemático y geógrafo Claudio Ptolomeo. Su obra recientemente terminada, la Sintaxis, sería reverenciada como "La más Grande" (Almagesto) durante generaciones de gente instruida.

Claudio Ptolomeo es un astrónomo griego del siglo II después de Cristo. La influencia de sus ideas se prolongaría durante más de 1000 años.

Pero Ptolomeo desconocía completamente que el imperio que había apoyado profusamente los esfuerzos intelectuales de Alejandría pronto entraría en decadencia y caería, privando a Europa occidental del conocimiento de su trabajo o del de sus contemporáneos durante los siglos siguientes.

Afortunadamente, mientras que Europa se deslizaba hacia su larga noche a través de las Edades Oscuras, los eruditos islámicos y bizantinos disfrutarían de su propio renacimiento, preservando y mejorando la astronomía clásica y sus ciencias afines como las matemáticas y la geometría hasta obtener un beneficio para toda la humanidad.

En el sistema geocéntrico ptolemaico existe una deferente y un epiciclo para cada planeta. Este sistema permitía realizar predicciones sobre la posición de un cuerpo celeste.

En su obra el Almagesto, escrita alrededor del año 150 después de Cristo, Ptolomeo enlazaba sus propias ideas con las de Platón, Aristóteles, Hiparco y otros filósofos y astrónomos griegos. El compendio resultante no era únicamente descriptivo; sino que también tenía una capacidad de predicción. Por ejemplo, en esa época la Tierra se consideraba que era el centro del universo, y que estaba rodeada por la Luna, el Sol y los planetas, todos ellos giraban en órbitas esféricas llamadas deferentes. A su vez, Ptolomeo imaginó estos cuerpos celestes girando en órbitas menores llamadas epiciclos, cada uno de los cuales estaba centrado en un punto que que a su vez viajaba por la línea deferente. Aunque no necesariamente se pretendía representar la realidad, estos artificios matemáticos podían utilizarse de una forma relativamente precisa para predecir la posición de un cuerpo celeste en el cielo en un momento dado.

Esta capacidad de predecir acontecimientos celestes tenía aplicaciones prácticas como las siembras de cosechas, la observancia de las festividades religiosas, o la medida del tiempo. Pero el modelo ptolemaico tenía claramente también un significado filosófico, con un mensaje dirigido a los griegos instándoles a comprender el cosmos y el lugar que la humanidad tiene dentro de él.

Además de sus modelos cosmográficos, Ptolomeo catalogó 1022 estrellas situadas en 48 constelaciones que recibirán el nombre de personajes mitológicos. Este catálogo identificaba cada estrella por su posición en cada constelación ("final de la cola", por ejemplo) con una lista de sus brillos relativos al igual que sus longitudes y latitudes eclípticas. Las constelaciones de Ptolomeo todavía permanecen con nosotros; de hecho dominan nuestras actuales cartas estelares y planisferios.

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Publicado originalmente en Odisea cósmica.

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