Una fina capa de hielo y moléculas orgánicas complejas cubren la superficie del mayor asteroide de la familia de Themis, un cuerpo rocoso de 200 kilómetros de diámetro que orbita entre Marte y Júpiter. Según un equipo internacional de astrónomos, las partículas de hielo se distribuyen de modo uniforme por toda su superficie y en mayor proporción incluso que el agua detectada en la Luna. Este inesperado descubrimiento, que podría explicar la formación de vida en la Tierra, se publica hoy en la revista científica Nature.
Crédito: Gabriel Pérez, Servicio Multimedia/IAC
“Hay una leve escarcha que lo cubre todo”, explica Javier Licandro, el experto en asteroides del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que ha participado en la investigación. Esto hace a 24 Themis único entre los millones de objetos que pueblan el cinturón de asteroides. A través de observaciones en el rango infrarrojo, “hemos descubierto hielo abundante y primigenio, de miles de millones de años de antigüedad”, destaca el investigador.
Algunas teorías cosmogónicas apuntan a que el agua de la Tierra pudo haber sido suministrada por asteroides, de modo que las sales y el agua que se han hallado integradas en algunos meteoritos explicarían el origen de los océanos del planeta. Y aunque hasta la fecha la presencia de hielo en pequeños asteroides se deducía por su actividad cometaria, nunca se había encontrado agua en estos objetos.
Tampoco se habían detectado moléculas de la cadena del carbono, muy complejas y esenciales para la vida. “La posible presencia de compuestos orgánicos en este asteroide lo hace aún más interesante”, indican los autores del artículo.
La línea del hielo, redefinida
“La verdad es que estamos sorprendidos por el hallazgo, no nos lo esperábamos. En principio, íbamos tan sólo en busca de silicatos hidratados, de rastros de agua”, reconoce Licandro. La extendida presencia de hielo en 24 Themis resulta un tanto inesperada debido a su cercanía al Sol: 3,2 unidades astronómicas, es decir, más de tres veces la distancia media entre la Tierra y nuestra estrella.
A esta distancia, “se creía que las altas temperaturas habrían provocado que todo el hielo se hubiera evaporado y escapado del asteroide”. Este descubrimiento aproxima la ubicación que hasta la fecha se asignaba a la “línea del hielo”, el límite en el cual se consideraba que era posible la existencia de hielo a nivel superficial.
24 Themis se encuentra en la parte externa del cinturón de asteroides, en la región más alejada de la Tierra. Es el “padre” de la familia Themis, un grupo de asteroides resultante de una gran colisión que tuvo lugar hace unos mil millones de años. Su considerable tamaño, con 200 kilómetros de diámetro, le convertía en un buen candidato para la observación astronómica. A diferencia de Ceres, que con mil kilómetros es el mayor objeto del cinturón de asteroides y se le presume una capa interna de agua, 24 Themis es el primero en mostrar hielo de un modo tan uniforme.
Dentro de la familia Themis, existen dos pequeños objetos con actividad cometaria cuyas colas se cree que estén formadas por polvo y la evaporación de hielo. 24 Themis, en cambio, no presenta actividad cometaria. Para el equipo de investigadores, el inusual comportamiento de estos dos miembros de la familia hizo que la observación de 24 Themis fuese prioritaria para desvelar la composición de su superficie.
Gracias a las observaciones infrarrojas llevadas a cabo con el Infrared Telescope Facility (IRTF) de 3 metros de la NASA, se detectó el hielo a lo largo de toda la superficie del asteroide. “Esta característica es considerablemente diferente a la de cualquier otro asteroide, meteorito o muestras minerales de las que disponemos”, señala el artículo.
Los investigadores barajan varias hipótesis a la hora de explicar la presencia de hielo en la superficie de 24 Themis. Una de ellas es la posible existencia de hielo estable en capas inferiores, una especie de reserva subterránea que se filtraría durante la erosión provocada por pequeños impactos sobre el asteroide. Otra de las explicaciones apunta a la formación de una fina capa de escarcha como consecuencia de la rápida evaporación del hielo en su interior. Los últimos trabajos indican que 24 Themis podría conservar el hielo en su subsuelo, a poca profundidad, de la edad del Sistema Solar.
Artículo en Nature (en inglés).
Fuente: IAC
1 comentarios:
incleible, podriamos estar en precensia de la base asia el futuro; porfin podriamos explicar la existencia de nuestro planeta Tierra
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