Un desplazamiento en la órbita de Júpiter durante el sistema solar primitivo, perturbó miles de asteroides del cinturón provocando que impactasen contra los planetas interiores, incluyendo la Tierra.
El Último Gran Bombardeo se asocia con la Teoría de la Migración Planetaria en la cual los planetas gigantes desplazaron sus órbitas provocando fuertes perturbaciones en los asteroides.
La evidencia de este bombardeo cataclísmico surge de un reanálisis de las rocas lunares traídas por las misiones Apolo y de un cuidadoso estudio de los cráteres lunares, según afirma David Kring, geólogo planetario del Instituto Lunar y Planetario en Houston, Texas.
Kring presentó sus descubrimientos recientemente durante la reunión de la Sociedad Geológica Americana en Portland, Estados Unidos.
Este cataclismo conocido popularmente como el Último Gran Bombardeo sucedió en un periodo de tiempo relativamente corto de unos 100 millones de años aproximadamente, representando un pico máximo en el número de grandes objetos que impactaron contra la Tierra, Luna, Mercurio, Marte y Venus.
"Las muestras tomadas por las misiones Apolo muestran que en un gran número de fusiones por impacto (lavas creadas por impactos) fueron producidas al mismo tiempo", añadió Kring.
Las rocas lunares almacenadas durante 40 años fueron estudiadas con tecnologías del siglo XXI para adaptar mejor los eventos de impacto durante el cataclismo. "Ahora comprendemos mejor la rocas de impacto", explicó Kring. "Hace 40 años cuando fuimos a la Luna no sabíamos si los accidentes circulares eran de origen volcánico o eran cráteres de impacto. Hasta que no obtuvimos estas muestras, no tuvimos ninguna experiencia con cráteres de impacto."
Estas técnicas permiten dataciones radiométricas, como las del argón, como estas menores que antes, incrementando de manera efectiva el número de posibles ensayos. Estos ensayos (y otros de fragmentos de asteroides que han caído a la Tierra en forma de meteoros) revelaron que el bombardeo provino de asteroides, y no de cometas como inicialmente habíamos pensado.
Esto es significativo puesto que un bombardeo asteroidal sugiere que un cataclismo del sistema solar interior y no de algo procedente de más allá del cinturón de asteroides. Las huellas geoquímicas apuntan a los asteroides", añadio Kring.
Los científicos han calculado también el tamaño de los asteroides que formaron los cráteres lunares en el periodo conocido como el Último Gran Bombardeo, que sucedió aproximadamente hace 3900 millones de años.
Entonces compararon el tamaño de aquellos con el de los asteroides del cinturón principal. La conclusión fue que la distribución de cráteres de la Luna sugiere que los cráteres de impacto proceden del cinturón de asteroides, explica Kring.
Los modelos sugieren que un cambio en la órbita de Júpiter generaría las resonancias necesarias para desviar los asteroides de sus órbitas. "Tenemos una evidencia cada vez mayor que apoya la hipótesis de que las órbitas de los planetas gigantes se desplazaron a lo largo de su historia", dice Renu Maholtra científico planetario de la Universidad de Arizona en Tucson.
Kring añade: "los datos dicen que los asteroides fueron la fuente dominante. Y para que los asteroides se muevan, Júpiter debería haber se movido."
Publicado en Odisea cósmica
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