Muchos expertos resultaron impactados por el reciente descubrimiento de agua en la Luna, a la que se creyó, durante mucho tiempo, seca como un hueso. Pero no todos se sorprendieron.
El astrofísico Arlin Crotts de la Universidad de Columbia estuvo trabajando durante años en una investigación que, según dice, predijo este hallazgo. En un artículo científico que presentó recientemente a la publicación Astrophysical Journal en conjunto con el estudiante graduado Cameron Hummels, Crotts presenta una hipótesis sobre la existencia de agua esparcida por la superficie lunar, y ofrece una idea de cómo puede haber llegado allí.
“He predicho algo que acaba de presentarse, que nadie más predijo”, dice Crotts. “Espero que la gente reconozca que es una verdadera predicción de la distribución espacial del agua en la Luna”.
Hasta ahora, muchos científicos pensaban que la superficie lunar estaba casi por completo seca, y que los cráteres a los que no les da el sol cercanos a los polos eran la única posibilidad de que se almacenaran pequeñas reservas de agua. Pero nuevos datos del instrumento de la NASA llamado Cartografiador Mineralógico de la Luna (Moon Mineralogy Mapper, M3), instalado a bordo del satélite indio Chandrayaan-1, de la nave Cassini y de la sonda Deep Impact, ambas de la NASA, permitieron descubrir interesantes pruebas de la existencia de moléculas de agua extendidas por toda la superficie lunar. Estos hallazgos se han detallado en tres artículos del ejemplar del 25 de septiembre de la revista Science.
Es posible que se conozcan más detalles, en especial sobre la posibilidad de que haya agua en los polos, cuando el impactador LCROSS de la NASA produzca un cráter en el polo sur de la Luna este viernes en su búsqueda de signos de agua.
¿De dónde vino el agua?
Los expertos que lograron los nuevos hallazgos dicen que todavía no se sabe el origen del agua. Según una hipótesis, los iones de hidrógeno con carga que llegan desde el Sol a la Luna llevados por el viento solar se podrían combinar con el oxígeno de la Luna para formar moléculas de agua. Otra idea es que el agua fue dejada allí por cometas que impactaron en el satélite.
“Hay muchos modelos por ahí”, dijo Roger Clark de Investigación Geológica (Geological Survey) de los EEUU en Denver, miembro del equipo de la nave Cassini y co-investigador de la Chandrayaan-1. “Es probablemente que, en mayor o menor grado, todos jueguen. Es demasiado pronto para decirlo”.
Pero Crotts tiene una idea diferente.
Una investigación previa descubrió algo de agua atrapada en minerales en la profundidad de la Luna, dijo Crotts. Según este modelo, es probable que este agua suba a través de fisuras hacia la superficie lunar junto con gases que escapan a presión del denso interior de la Luna.
“Sabemos que hay agua en el interior”, le dijo Crotts a SPACE.com. “No hay una razón particular para pensar que no haya surgido”.
Agua enterrada
Una prueba que evidencia el agua interior —en un estudio del 2008 en la revista Nature escrito por Alberto Saal de la Universidad de Brown y sus colegas— identificó agua (entre 260 y 745 partes por millón, o ppm) en guijarros de lava lunar solidificada que trajeron a la Tierra los astronautas de la Apolo. Otro trabajo con muestras similares que realizó Francis McCubbin de la Institución Carnegie para la Ciencia (Carnegie Institution for Science) en Washington DC también nos dice que la Luna podría contener agua bajo su superficie.
Si bien Crotts cree que estas cantidades son suficientes para producir el agua que se observa en la superficie, otros expertos se muestran escépticos.
“Pienso que es muy improbable que en la actualidad haya cantidades significativas de agua en el interior de la Luna”, dijo Darby Dyar de Mount Holyoke College en Massachusetts, quien fue coautor de los recientes artículos de Science en los que se anunció el descubrimiento de agua en la superficie. “Las cantidades de agua son en el nivel de partes por millón, y esto constituye una muy pequeña cantidad de agua como recurso”
Otros científicos coinciden con este pensamiento.
“Se piensa que el interior de la Luna es muy seco, con menos agua que la que se observa en la superficie”, dice Olivier Groussin, científico del Laboratorio de Astrofísica (Laboratoire d’Astrophysique) en Marsella, Francia, y otro coautor de los artículos en Science dice en un email: “Las muestras de la Apolo indican menos de 50 ppm de agua en el interior de la Luna, y hemos detectado aproximadamente 1000 ppm en la superficie”.
Luna húmeda
Sin embargo, Denton Ebel, curador de meteoritos en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, dijo que las trazas de agua que se han identificado en el interior de la Luna hasta el momento pueden ser suficientes para producir las señales que se encontraron en la superficie.
“Creo que las cantidades de agua que se deducen para el interior lunar en el trabajo de Alberto Saal y en el de Francis McCubbin, unido a lo que sabemos del núcleo lunar, implica que la surgencia de gas es una causa viable de las señales de hidrógeno que se han observado”, dijo Ebel en una entrevista telefónica.
“Creo que el escenario [de Crotts] de surgencia —un lento surgir de gases— es consistente con los hallazgos”, dijo Ebel. “Y pienso que es más alentadora que la idea de la implantación del hidrógeno por el viento solar. Lo básico es que podría resultar que está acertado”.
El artículo de Crott donde esboza la hipótesis fue enviado a una revista académica, y está en el habitual proceso de revisión antes de su publicación. Algunos científicos lo están esperando y se reservan su opinióm para entonces.
“Estoy encantado de que los científicos hayan estado pensando sobre estas líneas, pero debemos esperar a ver si pasa la prueba de la revisión”, dijo Jim Green, director de la División de Ciencias Planetarias de la Junta de Misión Científica en las Oficinas Centrales (Planetary Science Division of the Science Mission Directorate) de la NASA en Washington, DC, otro coautor de los artículos en Science.
Para llegar al fondo de este tema, se necesitan más datos, dicen los científicos.
De hecho, es fácil que las señales de agua que se ven en la superficie puedan resultar una combinación de múltiples procesos, dijo Crotts, añadiendo que su explicación sólo podría dar cuenta de una parte del agua en la superficie.
Para descubrirlo con seguridad, se requerirán más expediciones a la Luna, dijo Crotts.
“Tenemos que lograr otra misión orbital polar, y debe tener algunos instrumentos para estudiar esta cuestión”, dijo.
Fuente: Space.com. Aportado por Eduardo J. Carletti
Vía Axxón
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