"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

26 mayo 2009

¿Destruyeron los robots exploradores las evidencias de vida en Marte?

¿Podrían haber destruido las naves de aterrizaje las señales de vida en Marte? Tal vez, en lugar de identificar las sustancias químicas que pudieran haber indicado la presencia de vida, los exploradores robot de la NASA podrían haberlas destruido por error.

En la imagen el brazo excavador de la sonda Phoenix que operó en Marte hasta finales de 2008.

En 1976, muchas de las esperanzas de encontrar el vida en Marte en se vinieron abajo cuando los módulos de aterrizaje Viking fracasaron en su intento de detectar incluso diminutas cantidades de compuestos orgánicos (nos referimos a las moléculas con base en el carbono y que constituyen las moléculas básicas de la vida). “en mi opinión contribuyó el hecho de que no se realizó ninguna misión de aterrizaje en Marte y durante 20 años”, dice Jeffrey Moore del Centro de Investigación Ames de la NASA.

Este resultado ha resuelto también un rompecabezas durante años. Incluso si Marte nunca hubiera tenido vida, los cometas y asteroides que han golpeado el planeta durante miles de años debieran haber esparcido al menos algunas moléculas orgánicas (aunque no fueran generadas por la vida) sobre su superficie.

Algunos han sugerido que los compuestos orgánicos fueron eliminados de la superficie por procesos naturales, como la acción de sustancias químicas altamente a reactivas como el peróxido de hidrógeno. El pasado año el aterrizador de la NASA Phoenix, que tampoco tuvo éxito o en detectar moléculas orgánicas en Marte, topó con algo en el suelo marciano que de hecho puede haber estado ocultando los compuestos orgánicos: un tipo de moléculas llamadas percloratos.

A bajas temperaturas, los percloratos son relativamente inocuos. Pero cuando se calientan a cientos de grados Celsius, liberan gran cantidad de oxígeno que tiende a producir una combustión en los materiales de alrededor. Por esta razón los percloratos se usan en los sistemas de propulsión de los cohetes.

Los aterrizadores Phoenix y Viking estuvieron buscando moléculas orgánicas calentando muestras del suelo a temperaturas similares, con el fin de analizar los vapores que liberaban. Cuando Douglas Ming Del Centro Espacial, Texas, y sus colegas intentaron calentar compuestos orgánicos y percloratos como éstos en la Tierra, la combustión resultante no dejó ninguna traza de compuestos orgánicos. El equipo de Ming presentó su resultados en una reciente conferencia de ciencias lunares y planetarias en Houston.

Los óxidos de hierro también han sido sospechosos de interferir con la detección de compuestos orgánicos, pero a los percloratos saon probablemente bastante más efectivos en este proceso, dice Chris Mckay y del centro Espacial Ames.

Jeffrey Bada de la Universidad de California, San Diego, está de acuerdo en que es necesario nuevo enfoque. Bada está realizando un trabajo pionero llamado Urey para la Agencia Espacial Europea para su rover ExoMars, que deberá lanzarse en 2016. Esta misión detectará material orgánico en concentraciones de apenas unas pocas partes por trillón. La buena noticia es que aunque Urey caliente sus muestras, lo hará en agua, de forma que los compuestos químicos no podrán quemarse.

Los compuestos orgánicos no son las únicas sustancias que han podido pasar inadvertidas en el planeta rojo. Deberíamos haber visto carbonatos cubriendo la superficie.

La erosión quiebra el basalto, la roca más abundante de la corteza marciana, formando un arcilla de iones positivos. Estos iones deberían reaccionar con el dióxido de carbono de la atmósfera marciana para formar sales carbonatadas, explica Ralph Milliken del JPL de Pasadena, California.

Milliken y sus colegas han calculado que en el basalto marciano erosionado debería producir cantidades iguales de arcilla y sal. De esta manera en las tierras altas del planeta, donde se conocen miles de depósitos de arcilla, debería haber al menos la misma cantidad de sal.

Algunos razonan que la conocida carencia de depósitos de carbonatos apuntaría a una composición atmosférica diferente del pasado, pero Milliken afirma que en deberíamos estudia las rocas directamente antes de realizar cualquier conclusión.

Fuente original New Scientist

Vía Odisea Cósmica

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