"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

25 abril 2009

El viento solar envejece a los asteroides

Un nuevo estudio publicado en Nature esta semana revela que las superficies de los asteroides envejecen y enrojecen mucho más rápidamente de lo que se pensaba previamente: en menos de un millón de años, apenas un parpadeo para un asteroide.

Representación artística de cómo el viento solar hace que asteroides jóvenes parezcan viejos. Después de sufrir una colisión catastrófica, el color de un asteroide es modificado rápidamente por el viento solar, de modo que recuerde al color promedio de los asteroides extremadamente viejos. Después del primer millón de años, la superficie “se broncea” mucho más lentamente. En esta etapa, el color depende más de la composición que de la edad.- © ESO

Este estudio ha confirmado finalmente que el viento solar es la causa más probable de una muy rápida erosión espacial en los asteroides. Este resultado fundamental ayudará a los astrónomos a relacionar la apariencia de un asteroide con su historia real y a identificar cualquier efecto posterior de un impacto catastrófico con otro asteroide.

“Los asteroides parecen ‘broncearse’ muy rápidamente”,dice el autor principal Pierre Vernazza. “Pero no, como sucede con la gente, por una sobredosis de luz ultravioleta del Sol, sino por los efectos de su poderoso viento”.

Desde hace tiempo se sabe que las superficies de los asteroides alteran su apariencia con el tiempo; los asteroides observados son mucho más rojos que el interior de los meteoritos descubiertos en la Tierra [1], pero el proceso real y las escalas de tiempo involucradas eran controversiales.

Gracias a las observaciones de diferentes familias de asteroides [2] realizadas utilizando el Telescopio de Nueva Tecnología de ESO en La Silla y el Telescopio Muy Grande en Paranal, así como otros telescopios en España y Hawai, el equipo de Vernazza ha resuelto ahora el problema.

Cuando dos asteroides chocan, crean una familia de fragmentos con superficies “frescas”. Los astrónomos descubrieron que estas superficies recién expuestas son alteradas rápidamente y cambian su color en menos de un millón de años, un lapso muy corto comparado con la edad del sistema solar.

“Las veloces partículas cargadas del viento solar dañan la superficie del asteroide con una rapidez asombrosa” [3], dice Vernazza. A diferencia de la piel humana, que resulta dañada y envejecida por la repetida sobre exposición a la luz solar, son, quizás sorprendentemente, los primeros momentos de exposición (en la escala de tiempo considerada), el primer millón de años, los que causan la mayoría del envejecimiento de los asteroides.

Estudiando las diferentes familias de asteroides, el equipo demostró también que la composición superficial de un asteroide es un factor importante en cuanto a lo rojiza que puede llegar a ser una superficie. Después del primer millón de años, la superficie se “broncea” mucho más lentamente. En esta etapa, el color depende más de la composición que de la edad.

Más aún, las observaciones revelan que las colisiones no pueden ser el mecanismo principal que se encuentra detrás de la gran proporción de superficies “frescas” que se ven entre los asteroides cercanos a la Tierra. En cambio, estas superficies de apariencia “fresca” pueden ser el resultado de encuentros planetarios, donde el tirón de un planeta ha “sacudido” al asteroide, exponiendo material no alterado.

Gracias a estos resultados, ahora los astrónomos podrán comprender mejor la forma en que la superficie de un asteroide, que a menudo es lo único que podemos observar, refleja su historia.

Más información

Este resultado fue presentado en un artículo publicado esta semana en la revista Nature, “Solar wind as the origin of rapid reddening of asteroid surfaces”, por P. Vernazza et al. El equipo está integrado por Pierre Vernazza (ESA), Richard Binzel (MIT, Cambridge, EE.UU.), Alessandro Rossi (ISTI-CNR, Pisa, Italia), Marcello Fulchignoni (Observatorio de París, Francia), y Mirel Birlan (IMCCE, CNRS-8028, Observatorio de París, Francia). Es posible bajar un archivo PDF (en inglés) en esta dirección web.

NOTAS

[1] Los meteoritos son pequeños fragmentos de asteroides que caen sobre la Tierra. Mientras un meteorito entra en la atmósfera terrestre su superficie puede fundirse y ser parcialmente carbonizada por el intenso calor. De todos modos, el interior del meteorito permanece sin ser afectado, y puede ser estudiado en un laboratorio, proporcionando así un tesoro de información sobre la naturaleza y composición de los asteroides.

[2] Una familia de asteroides es un grupo de estos objetos que tienen órbitas similares alrededor del Sol. Se cree que los miembros de una familia dada son fragmentos de un asteroide más grande que ha sido destruido durante una colisión.

[3] La superficie de un asteroide se ve afectada por las partículas de alta energía que conforman el viento solar. Estas partículas destruyen parcialmente a las moléculas y cristales de la superficie, re-ordenándolas en otras combinaciones. A lo largo del tiempo, estos cambios generan una delgada corteza de material irradiado que posee colores y propiedes distintivas.

Artículo original: ESO Press Release 16/09.
Título: “Solar wind tans young asteroids”
Fecha: abril 22, 2009
Enlace con el artículo original:
aquí

Vía El atril del Orador

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