El 13 de marzo de 2009 se cumplieron 79 años del anuncio del descubrimiento de Plutón.
En aquel momento se lo consideró un planeta, hoy ya no es tal. No importa si algunos siguen creyendo que Plutón es un planeta, otros que es un mero planeta enano —como yo— o una bola de hielo (clic en la imagen para ampliarla; crédito Poor Pluto de Mathias Pedersen), o si para la mayoría el nombre sólo se parece al de un personaje de dibujos animados, porque aún así es un cuerpo astronómico muy interesante. Y hoy en día los astrónomos saben mucho más sobre este planeta enano que en 1930.
Estas razones llevaron a Phil Plait —defensor de la planetidad de Plutón— a publicar todo lo que se sabe sobre Plutón en diez breves secciones, como en su momento hizo con la Galaxia de la Vía Láctea. Por mi parte, como las estadísticas del blog dicen que el tema de Plutón interesa y bastante, me pareció una buena idea ir traduciendo y publicando estas secciones durante los próximos días.
La clase de los plutinos
Plutón es el objeto más grande que sobrevivió a la cólera de Neptuno.
No obstante, aunque Plutón y Neptuno no puedan nunca chocar físicamente, este último es un planeta muy grande y con mucha gravedad. Si cuenta con tanta fuerza gravitatoria, ¿cómo es posible que no haya atraído a Plutón en todo este tiempo?
Eso se debe a una característica singular de Plutón: completa dos órbitas alrededor del Sol por cada tres de Neptuno —esto se llama técnicamente una resonancia 2:3—: alrededor de 248 años para Plutón y 165 para Neptuno. Este hecho, más su órbita inclinada, hacen que Plutón nunca se acerque demasiado al planeta gaseoso. Cada vez que Plutón se encuentra más cerca del Sol, Neptuno está 1/4 de su órbita alejado del planeta enano. De aquí se sigue una consecuencia insólita y es que Plutón consigue estar más cerca de Urano que de Neptuno (vean el diagrama de la entrada anterior de esta serie).
(Clic en la imagen para ampliarla.) Pero también es posible extraer otra conclusión. Alguien podría pensar que es mucha coincidencia que Plutón parezca evitar a Nepturo a raíz de la resonancia de su órbita. Sin embargo, no es una coincidencia. Imagínense el Sistema Solar cuando se estaba formando, hace 4500 millones de años. Pudo haber habido miles o millones de bolas de hielo girando alrededor del sol en las proximidades de la órbita de Neptuno. Pero aquellas que estaban justo por dentro o por fuera de la órbita de Neptuno terminarían por interactuar con el gigante y serían expulsadas al espacio profundo o enviadas hacia una órbita más cercana al Sol. Básicamente, Neptuno barrió con todos los objetos con los que se cruzó.
Sin embargo, Plutón estaba a salvo. La órbita de este planeta enano nunca se acerca lo suficiente a Neptuno y pudo, por lo tanto, sobrevivir a la masacre. En realidad hay muchos objetos en órbitas resonantes como la de Plutón: se los llama plutinos —o plutones pequeños— en homenaje al miembro más grande de la clase y a la fecha se han identificado varios de ellos. En la imagen mostrada más arriba se incluyen dos plutinos: Plutón y Orcus.
Aquí encontrarás el resto de la serie.
Fuente: Bad Astronomy Blog (en inglés).
Vía El Sofista
1 comentarios:
Esto esta muy mal, porque Plutón, no es un planeta, es un planeta enano que forma parte del cinturón de asteróides. investiguen mejor, chau.
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