El aterrizador Phoenix de la NASA puede haber captado las primeras imágenes de agua líquida en Marte – gotitas que aparentemente salpicaron las patas de la nave durante el aterrizaje, de acuerdo con algunos miembros del equipo de Phoenix.
Se observó que un cúmulo en una de las patas de Phoenix crecía con el tiempo. Imagen: NASA/JPL-Caltech/University of Arizona/Max Planck Institute
La controvertida observación podría explicarse por el anterior descubrimiento de la misión de sales de perclorato en el suelo, dado que las sales pueden mantener el agua líquida a temperaturas por debajo de cero grados. Los investigadores dicen que este efecto anticongelante hace posible que el agua líquuda sea abundante justo bajo la superficie de Marte, pero apunta que incluso si está allí, puede ser demasiado salada para soportar la vida que conocemos.
Unos días después del aterrizaje de Phoenix el 25 de mayo de 2008, envió una imagen mostrando unas misteriosas salpicaduras de material en una de sus patas. Extrañamente, las salpicaduras crecieron de tamaño en las siguientes semanas, y los científicos de Phoenix han estado debatiendo el origen de los objetos desde entonces.
Una intrigante posibilidad es que fuesen gotas de agua salada que crecen absorbiendo vapor de agua de la atmósfera. Los argumentos para esta idea recaen en un estudio del miembro del equipo de Phoenix Nilton Renno de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, y que tiene como co-autores a otros 21 investigadores, incluyendo al científico jefe de la misión, Peter Smith de la Universidad de Arizona en Tucson. El estudio se presentará en marzo en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en Houston, Texas.
Agua dispersa
Los enromes cañones y canales similares a ríos atestiguan el hecho de que en un momento fluyeron grandes cantidades de agua líquida sobre Marte. La superficie ahora parece seca, aunque la apariencia cambiante de algunos barrancos en cráteres en un periodo de varios años ha apuntado a la existencia de acuíferos subsuperficiales que ocasionalmente liberan estallidos de agua.
Ciertamente, el lugar de aterrizaje de Phoenix en el ártico marciano, es demasiado frío para que exista agua pura en forma líquida –la temperatura nunca subió de los –20º C durante los cinco meses de duración de la misión.
Pero el agua salada puede permanecer líquida a temperaturas mucho más bajas. Y las sales de percloratos, que se detectaron por primera vez en Marte gracias a Phoenix, tendrían un efecto especialmente drástico de “anticongelante”. Una mezcla extremadamente salada de agua y percloratos podría mantenerse líquida hasta los –70ºC.
Si los percloratos están dispersos por Marte en altas concentraciones, entonces también podría haber bolsas de agua líquida bajo la superficie del planeta. “De acuerdo con mis cálculos, puedes tener soluciones salidas líquidas justo bajo la superficie prácticamente en cualquier punto de Marte”, dijo Renno a New Scientist.
Y Phoenix puede haber captado imágenes de agua que se mantuvo líquida gracias a las sales de percloratos.
Hielo fundido
Los cúmulos pueden haber procedido de hielo fundido por los impulsores del aterrizador. Los impulsores de Phoenix limpiaron el lugar de aterrizaje, exponiendo la capa de hielo de debajo.
Los experimentos de laboratorio que el equipo llevó a cabo en la Tierra sugieren que los impulsores habrían fundido el hielo en el milímetro superior aproximadamente de la capa y entonces podría haber salpicado agua fundida a la pata del aterrizador. Si hubiese suficiente perclorato mezclado en las gotas, podría haber permanecido líquido durante el día, aunque se habría congelado cada noche.
Alternativamente, Renno dice que los cúmulos pueden haberse formado a partir de una capa de perclorato rica en agua que ya era líquida.
¿Por qué el equipo piensa que podría ser agua líquida desde el primer momento? El argumento descansa en el hecho de que la sal el higroscópica, lo que significa que atrae el agua. Por tanto, las gotas de fluido salado en Marte tenderían a absorber vapor de agua procedente de la atmósfera, explicando por qué los cúmulos crecieron con el tiempo. Es más, a las temperaturas y humedad observadas en el lugar de Phoenix, el índice de crecimiento esperado de las gotas saladas encaja con las observaciones, dice el equipo.
Lo más provocador son una serie de imágenes que parecen mostrar una gota candidata creciendo tras absorber el líquido de su vecina – un comportamiento que el equipo atribuye al agua líquida.
Historia convincente
Mark Bullock del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, que ha experimentado con agua salada bajo condiciones marcianas pero no estuvo implicado en el estudio de Renno, está impresionado con los resultados. “Creo que es una historia bastante convincente para la existencia de esta exótica salmuera en la para del aterrizador Phoenix”, dijo a New Scientist.
Pero el miembro del equipo de Phoenix Michael Hecht del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, no está de acuerdo. Dice que los cúmulos posiblemente son trozos de hielo que se formaron y crecieron a partir de congelar vapor de agua en la pata.
Renno responde que el hielo probablemente se sublimaría en lugar de crecer en la pata, la cual habría estado caliente por el calor filtrado desde el cuerpo de la nave. Es más, la capa de hielo expuesta bajo Phoenix se observó que se evaporaba con el tiempo.
Pero Hecht argumenta que la pata puede haber estado más fría que sus alrededores. Aunque no había sensores de temperatura en la pata, dice que la superficie de la zona de hielo se calentaba directamente por la luz solar, mientras que la pata del aterrizador estaba en la sombra. El vapor de agua que se sublimó del hielo bajo Phoenix podría haberse recondensado en su pata fría, comenta.
¿Demasiado salado para la vida?
Phoenix, que agotó su energía solar cinco meses después del aterrizaje, no se espera que vuelva a despertar, por lo que no hay forma de hacer más investigaciones sobre las salpicaduras en su pata. Pero Renno espera apoyar el caso de las gotas saldas con futuros experimentos sobre agua rica en perclorato bajo las condiciones marcianas. Dice que estas pruebas se completarán en unos meses.
Independientemente del resultado, el descubrimiento de percloratos en el suelo marciano sugiere que puede haber bolsas de agua líquida salpicando el planeta. ¿Podría la vida llegar a existir en tales bolsas? “Es posible”, dice Renno, señalando que hay microorganismos en la Tierra que pueden sobrevivir en condiciones extremas, incluyendo agua muy salada.
Pero puede ser difícil. Una forma de describir las concentraciones de sal es con un número conocido como actividad del agua, el cual es 1 para el agua pura y menor para soluciones más saladas. El organismos más tolerante a la sal conocido en la Tierra es un hongo que puede sobrevivir bajo agua con una actividad de 0,61.
No obstante, al bajar el puntos de congelación del agua de hasta –70ºC con percloratos, la concentración necesaria de sales de percloratos daría una actividad del agua de apenas 0,5. “Si intentas poner cualquier tipo de forma de vida terrestre que imagines en una solución de salmuera de este tipo, el agua sería extraída de las células”, dijo el líder de la misión Peter Smith a New Scientist.
Autor: David Shiga
Fecha Original: 18 de febrero de 2009
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Vía Ciencia Kanija
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