"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

02 septiembre 2008

Monstruos, fantasmas y dioses: ¿Por qué creemos?

Los monstruos están por todos sitios en estos días, y la creencia en ellos es más poderosa que nunca.

Lo que es difícil de creer es porqué tanta gente cree en compra unas pruebas tan difusas, sospechosos esquemas e informes redomadamente falsos que perpetúan los mitos que a menudo sólo tienen una verdad final: Ponen dinero en los bolsillos de sus proveedores.

mythbeast

Phylis Canion sostiene la cabeza de lo que ella llama un Chupacabra en su casa de Cuero, Texas, el viernes 31 de agosto de 2007. Encontró al extraño animal muerto en las afueras de su rancho y cree que es el responsable de matar a muchos de sus pollos. Los resultados: La fea bestia de grandes orejas encontrada en Cuero no es el mítico chupacabra. Es sólo un simple coyote. Crédito: AP Photo/Eric Gay.

Lo que hay debajo de esto, de acuerdo con varias entrevistas a gente que estudia este tipo de cosas es lo siguiente: La gente quiere creer, y la mayoría, simplemente, no puede ayudar.

“Mucha gente simplemente quiere creer”, dijo Brian Cronk, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Missouri Occidental. “El cerebro humano siempre intenta determinar por qué suceden las cosas, y cuando la razón no está clara, tendemos a formar explicaciones bastante extravagantes”.

Una cuestión relacionada: ¿La creencia en loa paranormal tiene algo que ver con la creencia religiosa?

La respuesta a esta cuestión es que sin duda matizable, pero los estudios apuntan a una conclusión interesante: La gente que practica una religión normalmente es animada a no creer en lo paranormal, sino a poner su fe en una deidad, mientras que aquellos que no practican activamente ninguna religión son más libres de creer en el Bigfoot o consultar a un psíquico.

“Los cristianos y seguidores de la New Age, paranormalistas, etc. Todos tienen algo en común: una orientación espiritual del mundo”, dijo el sociólogo Profesor Carson Mencken de la Universidad Baylor.
Cuentos chinos

La semana pasada apareció la historia de tres hombres que decían tener los restos de un Bigfoot en un congelador apareció en muchos sitios web como la prueba final de la existencia de la criatura, o al menos, un caso muy convincente para mantener la fantasía rodando y haciendo sonar las cajas registradoras del turismo y vendedores de souvenirs del Bigfoot (los tres hombres estaban implicados en negocios alrededor de la creencia en esta criatura). Incluso los principales medios trataron los “hallazgos” de una conferencia de prensa el viernes como noticia.

Las reacciones del público variaron desde la curiosidad escéptica a la fe ciega.

“Creo que existe, pero no estoy seguro”, dijo uno de los lectores en reacción a la historia de LiveScience que arrojaba dudas sobre tal afirmación. “Pienso que lo encontraremos … si seguimos sobre su rastro”, escribe otro. “No obstante, dijo, sé que existen”.

Una prueba siguiente sobre el supuesto no encontró nada más que ADN de humanos y una zarigüeya, una pequeña criatura similar a un gato.

También la semana pasada, en Texas, hubo otro sensacional aunque desacreditable avistamiento del chupacabra, una bestia del folclore latinoamericano. En este caso, las fuerzas de la ley apoyaron las tonterías con aparente complacencia.

Ellie Carter, recluta de la patrulla de la oficina del sheriff del Condado de DeWitt, vio a la bestia y fue, por supuesto citada ampliamente. “Allí estaba esa cosa, mirando justo hacia nosotros”, dijo. “¡Creo que era un chupacabra!” Después de ver un video de la bestia tomado por un ayudante del sheriff, el biólogo Scott Henke de la Universidad de Texas A&M dijo, “Está claro que es un perro”, de acuerdo con un artículo en el sitio Web Scientific American.

Mientras tanto, el sheriff no hizo nada por tratar de atenuar las cada vez mayores especulaciones, expresando la satisfacción de que podría tener al monstruo en sus manos. “Esto es genial para el Condado de DeWitt”, dijo el Sheriff Jode Zavesky, quien presumiblemente estará igual de contento de tener a Drácula o un hombre-lobo corriendo libres.

Con tal clase de aprobación y la propensión humana a creer en casi cualquier cosa, esta claro que el Bigfoot y el chupacabra son sólo dos miembros en un grupo de personajes míticos y dudosas leyendas e ideas que probablemente nunca desaparecerán.

En un estudio de 2006, los investigadores encontraron que un número sorprendente de estudiantes universitarios creían en el psiquismo, las brujas, la telepatía, la canalización y un puñado de otras ideas cuestionables. Hasta un 40 por ciento dijo que creían que sus casas podían estar encantadas.

¿Por qué la gente está tan ansiosa de aceptar pruebas endebles y fabricadas que apoyan a criaturas e ideas improbables o descabelladas? ¿Por qué el dominio de lo paranormal, desde las predicciones psíquicas a los avistamientos OVNIs son tan seductores para tantos?

Los dioses deben estar locos

Desde que las personas son personas, creen los expertos, han creído en los sobrenatural, desde dioses a fantasmas y todo tipo de monstruos por medio.

“Aunque es difícil saberlo con certeza, la tendencia a creer en lo paranormal parece estar allí desde un inicio”, explica Christopher Bader, sociólogo de Baylor y colega de Mencken. “Lo que cambia es el contenido de lo paranormal. Por ejemplo, muy poca gente cree en las hadas y elfos hoy día. Pero conforme se apagaban las creencias en hadas, otras, como las de los OVNIs surgieron para tomar su lugar”.

Imaginar por qué la gente es así es bastante complejo.

“Es un artefacto del deseo de nuestro cerebro encontrar causa y efecto”, Cronk, profesor de psicología, dijo en una entrevista por e-mail. “Tal capacidad de predecir el futuro es lo que hace a los humanos “inteligentes” pero también tiene los efectos colaterales de las supersticiones y la creencia en lo paranormal”.

“Los humanos empezaron a creer por primera vez en lo sobrenatural debido a que trataban de comprender cosas que no podían explicar”, dice Benjamin Radford, escritor, investigador de lo paranormal y editor jefe de la revista Skeptical Inquirer. “Es básicamente el mismo proceso que la mitología: En un punto la gente no entiende por qué el Sol sale y se pone cada día, así que sugirieron que un carro tiraba del Sol a través de los cielos”.

Antes de las explicaciones científicas modernas de la teoría de los gérmenes, explica Radford, que escribe la columna “Bad Science (Mala Ciencia)” para LiveScience, la gente no comprendía cómo las enfermedades podían viajar de una persona a otra. “No comprendían por qué un niño nacía muerto, o por qué ocurrían las sequías, por lo que empezaron a creer que tales eventos tenían causas sobrenaturales”, dijo.

“Todas las sociedades han invocado lo sobrenatural para explicar cosas más allá de nuestro control y comprensión, especialmente eventos bueno y malos”, dijo Radford. “En muchos lugares – incluso hoy – la gente cree que los desastres o la mala suerte están causados por las brujas o maldiciones”.

Lo que genera la pregunta mayor: Con la ciencia habiendo contestado tantas preguntas en el paso de los dos siglos anteriores, ¿por qué las creencias paranormales se mantienen tan fuertes?

¿Relacionado con la religión?

A veces, la creencia en maldiciones cruza su camino con la religión, como fue el caso de 2005 cuando el telepredicador John Hagee (cuya aprobación fue solicitada y recibida por el candidato a la presidencia John McCain) culpó al Huracán Katrina de ser la ira de Dios enviada por un desfile gay que había prevista para el lunes en que llegó la tormenta.

“Creo que Nueva Orleans tenía un nivel de pecado que era ofensivo para Dios, y aún lo son — fuimos los receptores del juicio de Dios por eso”, dijo Hagee en ese momento, reiterando la creencia en 2006.

Esto podría llevar a suponer que la religión y las creencias paranormales están entrelazadas.

Pero una encuesta de 2004, llevada a cabo por los investigadores de Baylor, encontró justo lo contrario.

“Las creencias paranormales están muy fuertemente relacionadas de forma negativa con las creencias religiosas”, dijo el miembro del estudio Rod Stark esta semana.

En otro estudio de 391 estudiantes universitarios de Estados Unidos realizado en 2000, encontró que los participantes que no creían en la doctrina protestante era más probable que creyeran en la reencarnación, contactos con los muertos, OVNIs, telepatía, profecías, psicoquinesis o curación. Los creyentes eran los menos propensos a apoyar lo paranormal. “Esto puede reflejar en parte las opiniones de los cristianos que se toman seriamente los ejemplos de sanciones bíblicas contra muchas actividades ‘paranormales’”, escriben los investigadores de Wheaton College.

Cronk, el psicólogo, realizó un pequeño estudio de 80 estudiantes universitarios y no encontró conexión entre religiosidad y creencia paranormal.

Pero en un estudio de 2002 en Canadá se encontró una correlación entre las creencias religiosas y las paranormales, apunta Cronk. Imagina que, entre otras explicaciones, los canadienses pueden no tener los mismos sistemas de creencias que los residentes en Estados Unidos.

“Mi opinión es que la religiosidad tiene mucho que ver con el lugar en que creces, y menos con la genética”, dijo Cronk. “Aquella gente que puede tener una alta susceptibilidad genética al “conocimiento basado en la fe” puede terminar siendo altamente religiosa o puede terminar teniendo creencias paranormales dependiendo de dónde crezca. Aquella gente menos susceptible a este método de formar creencias puede terminar siendo altamente religioso si se educa en una familia religiosa”.

Religión vs paranormal

Mencken, el sociólogo de Baylor, dice que el sacrificio y estigmas (por mantener una ideas fuera de la norma del grupo) mantienen a lo paranormal a raya entre los altamente religiosos. Tiene dos artículos en preparación que se basan en un estudio nacional de 1700 personas.

El primero, que se publicará en la revista Sociology of Religion en 2009, revela lo siguiente:

“Entre los cristianos, aquellos que atienden a la iglesia muy a menudo (y están expuestos a estigmas y sacrificios dentro de sus congregaciones) son menos propensos a creer en lo paranormal”, dijo Mencken a LiveScience. “Por el contrario, los cristianos que no atienden a la iglesia tan a menudo (tal vez una o dos veces al año) son los más propensos a mantener creencias paranormales”.

Un tercer grupo, al que llama naturalistas, no mantienen creencias sobrenaturales, cristianas ni paranormales.

Otro estudio que se publicará en diciembre en la revista Review of Religious Research, demuestra que aquellos que van a la iglesia “es mucho menos probable que consulten horóscopos, visiten psíquicos, o compren elementos de la New Age”, etcétera, dijo Mencken. “No obstante, los cristianos que no asisten a la iglesia, tienen un nivel mucho más alto de participación en estos fenómenos”.

Educados para creer

Hacer un retrato del creyente típico en el Bigfoot resulta tan difícil como determinar la metodología científica de un psíquico, no obstante.

“Tal vez lo más sorprendente es que la creencias paranormales no están relacionadas en absoluto con la educación”, dijo Stark. “Es igual de probable que Doctores y gente que no aprobó el instituto crean en el Bigfoot, Monstruo del Lago Ness, fantasmas, etc.”

El estudio de 2006 con estudiantes universitarios, realizado por Bryan Farha de la Universidad de Oklahoma City y Gary Steward Jr. de la Universidad de Oklahoma Central, llegó a una conclusión similar. La creencia en lo paranormal — desde la astrología a la comunicación con los muertos — se incrementa durante la universidad, subiendo de un 23% en los de primer año a un 31% en los de último año y un 34% en los estudiantes graduados.

Bader, sociólogo de Baylor, y sus colegas se unieron a la organización Gallup para llevar a cabo un estudio nacional de 1721 personas en 2005 y encontraron que casi un 30 por ciento creen que es posible influir en el mundo físico simplemente a través de la mente (otro 30 por ciento no se decidía sobre este punto). Más de 20 por ciento imaginan que es posible comunicarse con los muertos. Casi el 40% cree en casa encantadas.

Al preguntarles por si “se descubrirá algún día por la ciencia criaturas tales como el Bigfoot y el Monstruo del Lago Ness”, el 18,8 por ciento estaba de acuerdo mientras que el 25,9 por ciento no se decidía.

En una remota villa del Himalaya, por otra parte, la creencia en el primo del Bigfoot, el Yeti, es vista por algunos como un signo de ignorancia.

Locura en los medios

La ubicuidad y a menudo parcialidad actual, promoviendo la cobertura a lo paranormal, tanto en Internet como en TV, perpetúa los mitos y el folclore tan bien o mejor que cualquier cuentacuentos antiguo. La ficción y la creencia se enmascaran como hechos y noticias, alimentando 24 horas la día, 7 días a la semana, el apetito de los fácilmente influenciables.

Los científicos quedan con una tarea imposible: demostrar que algo no existe. Puedes demostrar que una roca existe. Pero no puedes demostrar que el Bigfoot o un fantasma o el dios del trueno no existen. Son vendedores de parafernalia del Bigfoot y los psíquicos que obtienen buenos dividendos saben esto muy bien.

“Muchos paranormalistas afirman tener poderes que sólo funcionan a veces, o que no funcionan si hay un “no creyente” en la sala”, apunta Cronk.

O, en el caso de una prueba de ADN que no apoyaba la semana pasada al Bigfoot, el principal proponente, Tom Biscardi (quien recientemente produjo una película sobre el Bigfoot y podría tener algún interés en obtener cobertura de los medios), simplemente esquivó la bala de los cazamitos afirmando que las muestras de ADN podrían haber estado contaminadas.

El dinero hace que incluso la le mire hacia otro lado.

Respecto al tema del “avistamiento” del chupacabra la semana pasada en Cuero, Texas: “Es sorprendente”, dijo Zavesky, sheriff del Condado de DeWitt. “Aún no sabemos lo que es”.

Por supuesto que su condado, específicamente la ciudad de Cuero, ha sido conocida como La Capital Mundial del Chupacabra y se beneficia del turismo por el monstruo.

Por lo que aunque un sheriff podría perfectamente estar preocupado por la amenaza en su ciudad, , Zavesky no tiene prisa por capturar a la bestia y acabar con el mito. “Ha traído mucha atención sobre nosotros”, dijo. “No estamos ni siquiera cerca de estar listos para dejar que esto se calme”.


Autor: Robert Roy Britt
Fecha Original: 18 de August 2008
Enlace Original

Vía: Ciencia Kanija

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