"Uno de los puntos fuertes del proyecto es que, si se llevara a cabo, sería la primera vez que se realizara un despliegue de velas solares en el espacio".
El proyecto 'Despliegue, estabilización y propulsión de velas solares' del zaragozano Jonatan Peris Rivas, ha sido preseleccionado por la Agencia Espacial Europea (ESA, en sus siglas en inglés), entre los mejores proyectos de estudiantes del continente, según informó el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón. El 'primer premio' es una beca de un año para desarrollar el proyecto en la sede de la ESA en Noordwijk (Holanda) y la posibilidad de que este se lance al espacio, si la agencia lo considera rentable.
Visión artística de una vela solar.
"Uno de los puntos fuertes de mi proyecto es que, si se llevara a cabo, sería la primera vez que se realizara un despliegue de velas solares en el espacio", afirmó Peris en declaraciones a Europa Press. Se han realizado pruebas en vuelos parabólicos en los que se consigue la ingravidez o simulaciones en espacios en los que se ha obtenido el vacío, pero nunca en el espacio, por lo que hay cuestiones que no han podido ser demostradas.
Jonatan Peris, de 25 años, es alumno de cuarto curso de Ingeniería Industrial en la Universidad de Zaragoza. Desde hace varios años participa en la Asociación para la Promoción Social de la Investigación y el Desarrollo Espacial (APSIDE), asociación aragonesa que entre otros proyectos y trabajos de divulgación lanzó, junto a otros grupos de trabajo europeos, el primer 'Satélite universitario' en 2005 y espera lanzar los dos próximos antes de 2011, dentro del proyecto SSETI.
El objetivo del proyecto de Peris preseleccionado por la ESA es construir un satélite con un sistema de despliegue y estabilización de velas solares. Las velas solares son paneles de mylar, un material con casi un 100 por cien de reflectividad con el que se consigue la propulsión de los satélites por medio de la presión fotónica, la fuerza que ejercen los fotones de luz sobre esa superficie, por lo que se evita o se reduce el uso de combustible.
Sirven por ejemplo para sacar de órbita a los satélites, o para trasladar satélites a distancias a las que sería imposible trasladarlos con combustible, por una "simple cuestión de masa", ¿donde almacenas el combustible suficiente?.
Esa tecnología está desarrollada, pero no con un sistema eficiente que permita desplegar las velas en el espacio, dejarlas perfectamente desplegadas y permitir el redireccionamiento de estas velas para conseguir que continuamente se encuentren perpendiculares a los rayos de sol.
"La fuerza de los fotones es mínima", explica Peris por lo que el impulso por esta presión se consigue desplegando en el espacio una superficie de mylar muy amplia que, además, debe quedar perfectamente lisa para que los fotones no reboten en direcciones distintas contrarrestando fuerzas, estos son los grandes retos del despliegue de las velas.
En el proyecto de Peris, según un resumen presentado, cuando se lanza el satélite, las velas solares van contenidas en cuatro pequeños contenedores cilíndricos en las caras exteriores de la plataforma que tiene forma cúbica. Estos cilindros van unidos a unos mástiles que se mantienen flexibles ya que están inmersos en un disolvente.
Cuando se activa mediante radiofrecuencia el despliegue, se produce una expansión de gas que hace que los mástiles (que también son cilíndricos) se inflen y después, automáticamente, se desplieguen las velas, según señala Peris. Las velas consiguen rigidez cuando se evapora el disolvente.
ESTABILIZACIÓN
La segunda parte es estabilizar la vela para conseguir que se mantenga perpendicular al haz de luz y optimizar esa presión fotónica. Para ello, en el cara frontal del satélite se colocan cuatro sensores (fotodiodos). Si estos no reciben la misma cantidad de luz es que la vela no está bien direccionada, cuestión que se corrige mediante un motor de corriente continua y una rueda de reacción. La redirección es necesaria de manera constante.
El experimento también completa el estudio de la utilización del despliegue de velas solares para aumentar el área efectiva del satélite y provocar mayor rozamiento en la atmósfera al final de su vida útil, ahorrando de esta manera combustible para desorbitarlo y ayudando a evitar la acumulación de basura espacial.
Peris defiende su proyecto frente a otros 34 estudiantes europeos, aunque el número de proyectos es menor, ya que alguno de ellos se presentan en equipo, por lo que el número de competidores se reduce a 20 ó 25 proyectos, según el cálculo del estudiante.
El uno de noviembre debe presentar a la ESA el proyecto científico completo, ya que la preselección se realiza sobre un resumen del proyecto. Será en febrero o marzo de 2009 cuando se haga público el prototipo seleccionado por la ESA.
Sólo gana uno, pero todos los proyectos preseleccionados serán conocidos por los científicos de la Agencia Europea, con la posibilidad de que se interesen por ellos y quieran desarrollarlos como complemento de una investigación más amplia. "Ese también sería un buen premio", concluyó Peris.
Europa Press
Vía: Noticias Ya.com
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