Están pasando cosas extrañas a nuestros exploradores espaciales robóticos.
También conocido como el “efecto Pioneer” (la inexplicable y súbita alteración de las trayectorias de la Pioneer 10 y Pioneer 11 medidas conformen continúan su camino en el Sistema Solar exterior), se están viendo anomalías similares en los vuelos de las sondas espaciales modernas. Los sobrevuelos de la Tierra de Galileo, Rosetta, NEAR y Cassini han experimentado un súbito aumento en la velocidad. Tras eliminar todo el resto de posibles explicaciones, incluyendo filtraciones de combustible y errores en la medida de la velocidad, un nuevo estudio sugiere que la respuesta puede estar en una estrambótica característica de la física universal.
Los sobrevuelos planetarios son una ayuda esencial para que las misiones planetarias ganen energía conforme aceleran en su alegre camino a su destino. La ayuda de la gravedad está calculada con precisión por los científicos de la misión por lo que la hora de llegada puede ser calculada con una precisión al minuto. Considerando que la mayoría de misiones espaciales necesitan años para completarse, este grado de precisión es sorprendente, pero esencial.
Por tanto, cuando Galileo completó su paso de ayuda gravitatoria sobre la Tierra el 8 de diciembre de 1990, para acelerar en su camino hacia Júpiter, puedes imaginar la sorpresa de la NASA cuando encontró que Galileo había acelerado de pronto, y sin razón aparente. Esta pequeña aceleración era minúscula, pero gracias al uso de la Red de Espacio Profundo, se pudieron hacer medidas extremadamente precisas de la velocidad de la nave. Galileo había acelerado 3,9 mm/s.
Este no es un caso aislado. Durante los sobrevuelos de las sondas espaciales NEAR, Cassini-Huygens y Rosetta, todas experimentaron aceleraciones inexplicadas de 13 mm/s, 0,11 mm/s y 2 mm/s respectivamente. Una vez descartados los errores observacionales, presión de radiación, inestabilidades magnéticas y aumento de carga eléctrica, comenzaron a centrarse en explicaciones más exóticas.
Un reciente estudio de Magic McCulloch sugiere que la “radiación Unruh” puede ser el culpable. El efecto Unruh, resumiendo, sugiere que los cuerpos que aceleran sufren un tipo de radiación electromagnética. En aceleraciones muy bajas, la longitud de onda emitida sería tan baja que una longitud de onda completa sería mayor que las dimensiones del universo (conocido también como la Distancia de Hubble). Las bajas aceleraciones generarían, por tanto, ondas que no tienen efecto sobre el cuerpo. Sin embargo el cuerpo en aceleración (por ejemplo Galileo siendo acelerado por la gravedad de la Tierra durante el sobrevuelo de 1990) lentamente superaría un umbral de aceleración, la radiación Unruh decrementaría la longitud de onda (menor que la Distancia de Hubble), provocando un diminuto, pero medible “impulso” a este incremento de la velocidad.
Aunque compleja, esta teoría es muy interesante y demuestra que aunque podemos calcular la llegada de las sondas espaciales al minuto, el universo continuará arrojando temas que nos dejen perplejos durante un largo tiempo.
Artículo original en Arxiv
Autor: Ian O’Neill
Fecha Original: 20 de enero de 2008
Enlace Original
Fuente: Ciencia Kanija
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