La Era Espacial comenzó hace 50 años con el lanzamiento del Sputnik, una pequeña bola metálica que portaba sólo un par de radiotransmisores.
Desde entonces, las tecnologías del vuelo espacial han crecido. Los combustibles para cohetes de alto rendimiento, electrónica de guía miniaturizada y materiales para naves ultra ligeros, por nombrar unos pocos, hacen que los frecuentes y complejos viajes al espacio sean posibles.
Durante el siguiente medio siglo, sin embargo, los líderes en planes vuelos espaciales creen que las innovaciones tecnológicas de bajo coste guiarán el camino hacia la Luna, Marte y más allá.
“Llegar al espacio es muy caro. Si hay una forma de reducir verdaderamente los costes de llegar a la órbita de la Tierra en un factor de 10, ya sería algo”, dijo Chris Moore, ejecutivo del programa de la NASA para tecnología de exploración en los cuarteles generales de la agencia en Washington, D.C. “Hay un gran ramo de ideas innovadoras desde propulsión por scramjet a elevadores espaciales, pero algunas de ellas…están muy lejos en el futuro”.
Vuelo espacial rebajado
Brett Alexander, director ejecutivo de los premios espaciales de la Fundación X Prize en Santa Mónica , California, dijo que los nuevos sistemas de propulsión deberían allanar el camino para más tecnologías.
“El mayor reto es crear un sistema de propulsión más seguro y simple que pueda ser producido en masa”, dijo Alexander a SPACE.com. “Es un punto de inflexión no sólo para los vuelos espaciales, sino también para las siguientes tecnologías”.
Aunque los científicos de todo el mundo siguen trabajando en el tema del desarrollo de sistema de propulsión rebajados, Moore explicó que la NASA está apuntando su “lista de regalos” en los Retos del Centenario.
“Ofrecemos premios en metálico a la industria o universidades para hacer misiones altamente innovadoras de bajo coste así como demostraciones tecnológicas”, dijo Moore del programa. Las tareas de prueba de ideas incluyen el desarrollo de guantes para astronautas más perdurables y que permitan más destreza, extraer oxígeno respirable del polvo lunar y crear “correas” ligeras increíblemente fuertes que podrían usarse por un elevador espacial para elevarse en el espacio.
Aunque los ganadores del reto fueron escasos a lo largo de 2005, Moore confía en que próximos eventos, tales como el reto del aterrizador lunar Luna 2.0 de la Fundación Prize X y Google, generará éxitos.
“Estos tipos de competiciones han sido exitosas en el pasado”, dijo Moore, citando el vuelo suborbital de Rutan en una nave patrocinada por fondos privados en 2004, que logró el premio de 10 millones de dólares.
Tecnología resistente al regolito
Mientras equipos de financiación privada intentan conseguir atrerrizadores de bajo coste para la Luna, la NASA está haciendo preparativos para una permanencia humana continuada allí alrededor de 2020 — pero conseguir eso será sólo la mitad de la batalla, dijo Moore.
La superficie luna está cubierta de partículas microscópicas de polvo vidrioso, conocido como regolito, el cual amenaza tanto al hombre como a la máquina. Moore dijo que crear una base funcional en la superficie lunar requiere del desarrollo de una tecnología “resistente al regolito”.
“El regolito puede degradar los trajes espaciales y los cierres de presión así como otros equipos”, dijo Moore. El daño para la saluda durante largas estancias es también un tema, dijo, mencionando que los astronautas que retornan de la Luna se quedan de problemas de respiración por el polvo que se introdujo en su reducido espacio vital.
Las tecnologías antipolvo podrían ser tan complejas como cámaras de eliminación de polvo o tan simples como cubiertas para trajes espaciales, dijo Moore. También apuntó que serán claves hábitats lunares que sean capaces de reciclar el aire, el agua y los residuos humanos de forma mucho más eficiente que los sistemas de la Estación Espacial.
“Una vez que estemos allí, necesitaremos robótica avanzada para desplegar módulos de hábitat y conectarlos entre sí para formar un puesto avanzado lunar”, dijo. “Lo que nos gustaría hacer es tomar el regolito lunar y extraer oxígeno a partir de los minerales del suelo, por lo que podemos usarlo para respirar o para fabricar oxidantes para combustibles de cohetes”.
Marte y más allá
Las tecnologías desarrolladas para misiones a la Luna de largo plazo servirán como plantillas para las expediciones a Marte algún tiempo después del año 2030, pero Moore dijo que necesitarán más avances de innovación para llevar a los astronautas – y traerlos – de una sola pieza.
“Mejor cuando más rápido lleguemos”, dijo Moore a SPACE.com. Cree que los sistemas de propulsión nuclear aún en desarrollo pueden mostrarse como la forma más rápida de vuelo espacial en el futuro, así como el enviar una misión en dos viajes: Una nave más pesada cargada de suministros que se lance con anterioridad, seguida por una nave tripulada más ligera.
Moore dijo que viajes más rápidos recortarían el tiempo de exposición a los agentes que puedan amenazar la salud de la tripulación durante el viaje, tales como la radiación, pérdida ósea y deficiencias inmunes, pero las tecnologías médicas avanzadas también serán cruciales para el éxito.
“Cuando vamos a Marte vamos a hacer un viaje muy largo”, dijo. “Necesitamos estar seguros de que la tripulación está sana y puede realizar su trabajo cuando llegue allí”.
¿Un tema privado?
Construir una fuerte economía espacial con implicación privada será esencial para el éxito del desarrollo de las tecnologías capaces de enviar representantes de la raza humana a Marte, dijo Alexander.
“No podemos mantener programas como el Apolo en el futuro, de la misma forma que no podíamos hacerlo hace 40 años”, dijo Alexander. “Mi sueño es tener una acceso sostenible y accesible al espacio, y firmemente creo que se debe involucrar al sector privado para lograr esto”.
Moore está de acuerdo, apuntando que la NASA pretende usar sus puestos lunares para proporcionar infraestructuras para la industria privada. Aún así, la destreza de las industrias espaciales de un solo país pueden no ser suficientes.
Además de la implicación privada, Moore explicó que una mejor colaboración internacional será esencial para poner nuevas tecnologías en uso para la siguiente era del vuelo espacial.
“Los primeros años de la Era Espacial se caracterizaron por una gran competitividad internacional, pero ahora estamos en un entorno mucho más colaborativo”, dijo Moore. “El vuelo espacial es muy caro y una empresa que supone un gran tero, y tendremos que depender de otras naciones … en los próximos 50 años”.
Autor: Dave Mosher
Fecha Original: 3 de octubre de 2007
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Fuente: Ciencia Kanija
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