"El Cosmos está constituido por todo lo que es, lo que ha sido o lo que será" Carl Sagan

05 noviembre 2007

Hace 50 años: El primer perro en órbita

Sólo un mes después de que la Unión Soviética asombrase al mundo colocando el primer satélite artificial en órbita, presumió de una nueva victoria – un satélite mucho mayor llevando un perro callejero llamado Laika.

La misión, que cumple 50 años el sábado, finalizó tristemente para Laika pero ayudó a pavimentar el camino para los vuelos humanos.

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Al igual que otros episodios del programa espacial soviético, la misión de Laika se ocultó bajo un velo de secretismo, y sólo tras la caída de la Unión Soviética pudieron contar los participantes la historia real tras ella.

El satélite que llevó a Laika a la órbita se construyó en menos de un mes en lo que tal vez sea la misión espacial más rápidamente preparada de la historia.

Entusiasmados por el alboroto internacional formado por el lanzamiento del Sputnik el 4 de octubre de 1957, el líder de la Unión Soviética, Nikita Khrushchev, convocó a Sergei Korolyov, padre del programa espacial de la Unión Soviética, y le ordenó que hiciese “algo nuevo” para celebrar el 7 de noviembre, aniversario de la revolución bolchevique de 1917.

La demanda de Khrushchev fue una sorpresa incluso para Korolyov, cuyo equipo había logrado ensamblar el primer Sputnik en menos de tres meses, dijo Georgy Grechko, cosmonauta que comenzó su carrera como ingeniero espacial.

“No creíamos que pudiese adelantar a los americanos con su satélite, pero lo hizo. Ahora debería lanzar algo nuevo para al 7 de noviembre”, citó Korolyov a Khrushchev, de acuerdo con Grechko.

Boris Chertok, la mano derecha de Korolyov’, dijo que el aviso en tan poco tiempo hacía imposible diseñar una nueva nave, pero que tampoco tenía sentida simplemente repetir el lanzamiento del Sputnik.

“Korolyov temía con razón que este regalo de vacaciones terminaría en un accidente que echaría a perder una victoria conseguida tras duro trabajo”, escribió Chertok en sus memorias. Pero no podían argumentar con Khrushchev, y la decisión de llevar a cabo el lanzamiento se realizó el 12 de octubre.

Sergey Korolyov

Cuando alguien del equipo de Korolyov sugirió poner a un perro en órbita, la idea se recibió con entusiasmo.

Se sabía poco sobre el impacto de los vuelos espaciales sobre los seres vivos, y algunos pensaban que sería incapaz de sobrevivir al lanzamiento o a las condiciones del espacio exterior.

La Unión Soviética había experimentado el lanzamiento de perros en misiones suborbitales durante pruebas de misiles balísticos, y algunos de ellos sobrevivieron a varias misiones. Todos ellos eran perros callejeros – los doctores creían que eran capaces de adaptarse más rápido a las condiciones hostiles – y eran lo bastante pequeños para que se les pudiese introducir en las diminutas cápsulas.

Sólo nueve días antes del lanzamiento de la misión, el Doctor Vladimir Yazdovsky escogió a uno de ellos – la perra de dos años Laika – para la misión.

Las historias acerca de su elección varían. Algunos dicen que Laika fue escogida porque era bonita – un pionero espacial soviético tenía que ser fotogénico. Otros dicen que los doctores espaciales tenían debilidad por el principal rival de Laika y no querían verla morir: Dado que no había forma de diseñar un vehículo de re-entrada a tiempo para el lanzamiento, la gloria de hacer historia en el espacio también significaba una muerte segura.

“Laika estaba tranquila y encantadora”, escribió Yazdovsky en su libro sobre las crónicas de la historia de la medicina espacial soviética. Recuerda que antes de llevarlo a la plataforma de lanzamiento, se lo llevó a casa para que jugase con sus hijos.

“Quería hacer algo bueno por ella: Le quedaba muy poco tiempo de vida”, dijo Yazdovsky.

Trabajando 24 horas al día, Korolyov y su equipo combinaron una cápsula que llevaría al perro con sistemas básicos de soporte vital y elementos del primer Sputnik. Para simplificar el diseño, decidieron no separar el satélite de la segunda fase de los cohetes.

Trabajaron con bocetos a un ritmo sobrecogedor incluso para la época de la carrera espacial y que parece completamente imposible para los estándares de hoy.

“Ahora que tenemos ordenadores, equipos industrial sofisticado, láseres y otras cosas, nadie es capaz de construir un satélite en sólo un mes”, dijo Grechko en una entrevista. “Ahora llevaría un mes sólo empezar a hacer el papeleo. Korolyov nos dijo más tarde que ese fue el mes más feliz de su vida”.

Como resultado de unos problemas técnicos de última hora, Laika tuvo que esperar en la cabina de lanzamiento durante tres días. Las temperaturas eran bajas, y los trabajadores conectaron una manguera en la cabina a un calefactor para mantenerla caliente.

El 3 de noviembre, Laika fue lanzada al espacio en el Sputnik 2, con un peso de 507 kilos – una muestra de la capacidad de los soviéticos para llevar grandes cargas al espacio.

El Sputnik 1 pesaba sólo 83,5 kilos. El primer satélite de los Estados Unidos, el Explorer 1, lanzado el 31 de enero de 1958, pesaba apenas 14 kilos.

Cuando Laika alcanzó la órbita, los doctores observaron con alivio que su pulso, que se había elevado con el lanzamiento, y su presión arterial eran normales. Comió un alimento especialmente preparado en un contenedor.

De acuerdo con los informes oficiales soviéticos, el perro fue sometido a eutanasia una semana más tarde. La misión de Laika elevó una ola de protestas de activistas por la protección de animales en Occidente.

No fue tras la caída de la Unión Soviética, que algunos participantes en el proyecto contaron la verdadera historia: Laika había sido sometida, en efecto, a una inyección programada de eutanasia, pero aparentemente murió por sobrecalentamiento sólo unas pocas horas después de entrar en órbita. No hubo información exacta que indicase cuándo murió exactamente.

“Era imposible construir sistemas de control térmico y de soporte vital confiables en tan poco tiempo”, dijo Chertok en sus memorias.

Otros perros murieron en fallos de lanzamiento antes del exitoso vuelo espacial – y retorno seguro a la Tierra – de Belka y Strelka en agosto de 1960. Tras unos pocos vuelos más de perros, la Unión Soviética puso el primer humano en el espacio – Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961.

Se dijo que Gagarin había bromeado: “Aún no sé quién soy: el primer humano o el último perro en el espacio”.


Autor: Vladimir Isachenkov
Fecha Original: 2 de noviembre de 2007
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Ciencia Kanija

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