Autor de la traducción: Manuel Hermán Capitán
Cuando el astrónomo holandés Willem de Sitter propuso un modelo estático del universo a principios del siglo XX, estaba unos 3 billones de años adelantado a su tiempo.
Ahora, los físicos Lawrence Krauss de la Universidad de Case Western Reserve y Robert J. Scherrer de la Universidad de Vanderbilt predicen que dentro de billones de años, la información que actualmente nos permite comprender cómo se expande el universo habrá desaparecido del horizonte visible. Lo que quede será un “universo isla” compuesto por la Vía Láctea y sus cercanos vecinos galácticos del Grupo Local en un abrumador vacío oscuro.
El artículo de los investigadores, “The Return of the Static Universe and the End of Cosmology (El Retorno del Universo Estático y el Final de la Cosmología)”, ha sido premiado en el 2007 con uno de los más altos galardones que otorga la Fundación de Investigación Gravitatoria. Será publicado en el número de octubre de Journal of Relativity and Gravitation.
“Aunque los físicos del futuro sean capaces de deducir que su universo isla no ha sido eterno, es poco probable que deduzcan que el principio involucró al Big Bang”, informan los investigadores.
De acuerdo con Krauss, desde que Edwin Hubble avanzó sus observaciones de un universo en expansión en 1929, los “pilares del Big Bang moderno” se han construido sobre medidas de la radiación del fondo cósmico de microondas a partir de la luminosidad de la formación inicial del universo, el movimiento de las galaxias alejándose del Grupo Local y las pruebas de la abundancia de elementos producidos en el universo primigenio, así como las deducciones teóricas basadas en la Teoría de la Relatividad General de Einstein.
Aunque parece casi una historia de ciencia-ficción, los cosmólogos comienzan a vislumbrar un universo basado en “y si…”. Mucho después de la desaparición del Sistema Solar, tocará a los futuros físicos que surjan en otros planetas de otros sistemas solares el descifrar y aclarar los misterios de los orígenes del sistema desde sus aislados universos dominados por la energía oscura.
Lawrence Krauss
Pero la ironía de la presencia de tan abundante energía oscura, según informan los científicos, es que los futuros físicos no tendrán forma de medir su presencia debido al vacío en la dinámica gravitatoria de las galaxias en movimiento.
“Vivimos en un momento especial de la evolución del universo”, afirman los investigadores de forma divertida: “El único momento en el que podemos verificar observacionalmente que vivimos en un momento muy especial de la evolución del universo”.
Los investigadores describen que la cosmología moderna se construye sobre la Teoría de la Relatividad General de Einstein, lo que requiere un universo en expansión o en colapso para una densidad uniforme de materia. No obstante, una región aislada del universo puede existir dentro de un universo, por otra parte, aparentemente estático.
Posteriormente discuten las implicaciones de la detección del fondo cósmico de microondas que proporciona la prueba de imágenes de bebé de los inicios del universo.
La radiación estará “desplazada al rojo” en frecuencias cada vez mayores, y finalmente se harán indetectables desde dentro de nuestra galaxia. Krauss dijo, “literalmente no tendremos forma de detectar esta radiación”.
Los investigadores continuaron su discurso con los primeros elementos que sirven de rastros, el helio y el deuterio, producidos en el Big Bang. Predicen sistemas que nos permitirían detectar el deuterio que será dispersado por todo el universo hasta convertirse en indetectable, mientras que el helio en concentraciones de aproximadamente el 25 por ciento del Big Bang se hará indiscernible cuando las estrellas comiencen a producir mucho más helio en el curso de sus vidas para nublar los orígenes del inicio del universo.
“Finalmente, el universo parecerá estático”, dijo Krauss. “Todas las pruebas de la cosmología moderna habrán desaparecido”.
Krauss cerró con un comentario que sugirió que está implícito en las conclusiones del artículo. “Podemos sentirnos superiores por poder detectar cosas que los que vivan en civilizaciones futuras no sabrán, pero por la misma razón, esto sugiere que nos preguntemos a nosotros sobre qué importantes aspectos del universo nos estamos perdiendo nosotros mismos. De esta forma, nuestros resultados sugieren una especie de “humildad cósmica”.
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