Washington.- Los agujeros negros, que hasta hace casi medio siglo eran desconocidos en la astronomía, en realidad abundan en el Universo, según los últimos descubrimientos de los telescopios espaciales “Chandra” y “Spitzer” de la NASA.
Existen por centenares y se ocultan en las más polvorientas galaxias, a miles de millones de años luz de la Tierra, indicó en un comunicado el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la agencia espacial estadounidense.
Esos agujeros negros representan sólo un segmento de una población perdida y el descubrimiento implica que hay centenares de millones, indicó.
También constituyen la primera evidencia directa de que en sus primeros tiempos la mayoría de las mayores galaxias del universo crearon monstruosos agujeros negros en sus núcleos, según JPL.
Los agujeros negros, son concentraciones de masa cósmica tan grandes que ningún objeto, ni siquiera la luz, puede escapar a su fuerza gravitatoria.“Habíamos visto la punta del iceberg en la búsqueda anterior de estos objetos. Ahora podemos ver el iceberg completo”, señaló Mark Dickinson, científico del Observatorio Nacional Óptico en Tucson, Arizona.
Según un informe del descubrimiento que publicará la revista “Astrophysical Journal” en su número de noviembre, durante décadas se había dado por perdida a una vasta población de agujeros negros activos.
Esas estructuras de enorme actividad energética se conocen también con el nombre de quásares y están formados por una nube de gas y polvo cósmico que los rodea y los alimenta.
En ese proceso los agujeros negros aumentan su temperatura y emiten rayos X, lo cual los hace visibles a los telescopios espaciales como el “Spitzer” y el “Chandra”.
“Hasta hace 30 años sabíamos que tenía que haber más quásares en el Universo. Pero, hasta ahora, no sabíamos dónde encontrarlos”, indicó Emanuele Daddi, astrónomo de la Comisión de Energía Atómica, quien encabezó el estudio.
Inicialmente los científicos proyectaban realizar un estudio de mil galaxias de donde surgen estrellas y en las cuales no había quásares, según creían.
Esas galaxias tienen una masa similar a la Vía Láctea que alberga a nuestro sistema solar y existieron en un momento en que el universo estaba en la mitad de su existencia, es decir hace unos 2.500 y 4.500 millones de años.
El comunicado de JPL indicó que cuando los astrónomos enfocaron la cámara de rayos infrarrojos del “Spitzer” notaron que alrededor de 200 de esas galaxias emitían una cantidad desusada de luz infrarroja.
Por otra parte, los rayos X captados por el “Chandra” pusieron al descubierto que esas galaxias ocultaban enormes quásares detrás del polvo cósmico.
Segùn JPL, los quásares descubiertos están ayudando a dilucidar interrogantes fundamentales sobre la evolución de las galaxias y sugieren que sus colisiones no son tan importantes en esa evolución.
“Los teóricos pensaban que la fusión de galaxias era la que iniciaba la actividad de los quásares. Pero ahora sabemos que están activos en galaxias inertes”, señaló David Alexander, científico de la Universidad de Durham (Reino Unido) en el informe de JPL.
“Es como si hubiésemos estado estudiando a ciegas un elefante sin saber de qué animal se trataba”, indicó David Elbaz, de la Comisión de Energía Atómica.
“Ahora vemos este elefante por primera vez”, agregó.
Según JPL, los resultados de este estudio coinciden con los realizados por el científico italiano Fabrizio Fiore, del Observatorio Astronómico de Roma, quien publicará un informe sobre su investigación en el número del 1 de enero de 2008 de la revista “Astrophysical Journal”.
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